Desde que fuera designado ‘a dedo’ como nuevo presidente de Cuba el pasado mes de abril, Miguel Díaz-Canel no ha parado de recibir la misma ola de alabanzas que en su tiempo la prensa oficialista (única permitida en el país) dedicó a Fidel Castro y luego a su hermano Raúl.
Para tener certeza de ello, basta una rápida ojeada por los principales medios digitales cubanos, desde el órgano oficial del Partido Comunista hasta los periódicos provinciales. Díaz-Canel protagoniza un buen número de titulares en noticias que no tienen otra función que la de glorificar su imagen.
El mandatario ha participado en una gran cantidad de actos públicos durante sus primeros 100 días en el cargo, recorriendo regiones de todo el país y reuniéndose con trabajadores de importantes sectores de la economía, en un aparente intento por consolidar su liderazgo.
A su paso, la prensa oficialista lo sigue de cerca para pintarlo como el “hombre de pueblo” que quieren los cubanos. Aunque muchos ya estamos acostumbrados a esta suerte de estrellato mediático forzado -de la que también se han visto beneficiados los líderes del partido y las fuerzas armadas- el periódico Juventud Rebelde llegó hoy a rozar con la ridiculez.
En su cobertura sobre el recorrido del nuevo “comandante” por la provincia de Holguín, el diario de la juventud comunista ha publicado en su página de Facebook una imagen del mandatario en la cual parece estar bendiciendo a una niña en una piscina pública.
La imagen, claro está, no carece de intencionalidad. Es un simbolismo, así es cómo la prensa/el Gobierno quiere que el pueblo cubano vea a su presidente: el encargado de bendecir a las nuevas generaciones; la figura paternal, terrenal y divina a la vez, a la que los jóvenes corremos por aprobación.
El mensaje que acompaña la fotografía ha generado todo tipo de comentarios en las redes sociales. El promedio de reacciones que acumula Juventud Rebelde en sus posts giran en torno a los 10 o 20 ‘me gusta’, pero esta casi se acerca a los 200 y se ha compartido más de 100 veces a menos de 24 horas de su publicación.
En el post, llaman a Díaz-Canel “el hombre de camisa remangada, altísimo y educado” y aseguran que el anhelo de cualquier joven en Cuba es saludar al presidente.
“Kamila Álvarez, de 11 años, solo sabe que en su mejilla quedó plasmado, como un resumen hermoso, el cariño de la Patria; Jessica Ramos (ocho años) correrá a eternizar en papel fotográfico el recuerdo de este día, y Anner González (16 años) guardará en su memoria el honor y la certeza hecha realidad de que cualquier joven cubano pueda saludar al Presidente del país”, recoge el texto.
El hecho tuvo lugar en la piscina del Parque Turístico José Martí, ubicado en el Valle de Mayabe (Holguín). “Lo que ellos no saben es que el Jefe de Estado, minutos antes, se había preocupado por la disponibilidad de cloro y los detalles técnicos para garantizar la higiene del agua de la piscina”, agrega.
Más que tratarse de un hombre que hace poco menos de lo que debería -en efecto- hacer, parece que Juventud Rebelde está describiendo a un semidios. Y oh, alabado sea, se preocupa por el suministro de cloro en una piscina pública. Que nadie le diga que la mayoría de los hogares cubanos no cuentan con un servicio regular de agua y en muchos otros se vive gracias a las pipas.
“Creo que debería emplear más el tiempo en pavimentar las calles, poner a producir las tierras ociosas e incentivar a los pequeños productores para que Cuba crezca y disminuir la importación, al menos, de alimentos. Eso sin mencionar el transporte público”, comentó una usuaria sobre el texto, que otros también calificaron de “melodramático”
El nombramiento de Díaz-Canel en abril fue consecuencia de una obligada transición generacional que buscó ‘dar descanso’ a los veteranos del 59 y animó esperanzas de reformas que resulten en el mejoramiento económico del pueblo. En él caerán mañana las culpas de lo mal hecho, pero también, y sobre todo, la eterna alabanza de su insalvable sistema de medios.
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