Todos los cubanos somos mestizos independientemente de color de la piel, de acuerdo a un estudio publicado por la Dra. C. Beatriz Marcheco Teruelo, directora del Centro de Genética Médica.
La especialista indicó al sitio Cubahora que “un 70 % de la información genética proviene de ancestros europeos, alrededor de un 20 % por ciento de esclavos africanos que fueron traídos a Cuba, o sea de nuestros ancestros africanos, un 8 % —lo cual no es subestimable— viene de nuestros aborígenes, de nuestros primeros habitantes de la Isla, y cerca de un 2 % por ciento de los chinos, de los asiáticos que fueron traídos a Cuba ya fundamentalmente en el siglo XIX”.
Estos resultados pertenecen a un reciente estudio de la composición genética de los cubanos que permitió acceder a información de unos 500 años atrás sobre unas 15 generaciones anteriores a las personas estudiadas.
La doctora indicó que la mayoría de los cubanos tienen en sus ancestros una abuela africana y un abuelo de origen europeo.
“El 35 % de las mujeres estudiadas procede, hace 15 generaciones atrás, de una mujer amerindia, de una mujer nativo-americana. Esa abuelita suya hace 500 años le trasladó esa información a toda la familia. El 39 % de las mujeres estudiadas tuvieron 500 años atrás una abuela africana y un 26 % una abuela europea”, explicó.
“Por la vía de los padres, en el 81 % de los casos lo que hay 15 generaciones atrás es un abuelo europeo, en casi un 19 % un abuelo africano y en menos de un 1 % un abuelo nativo-americano”, aseveró la investigadora.
La información genética de los cubanos proveniente de África viene de países como Benin, Nigeria, Camerún, Gabón y Angola, mientras que de Europa llegaron los genes de diversas zonas de la península Ibérica e Italia.
Las provincias cubanas con mayor composición genética de los primeros habitantes de la isla, es decir las comunidades indoamericanas, son: Las Tunas (13 %), Granma, Holguín y Guantánamo.
El origen de los indios cubanos pertenece a los grupos de comunidades indígenas de Suramérica y Mesoamérica, fundamentalmente grupo indígena de los surui de Brasil, el grupo cabécares de Costa Rica y pima de México, que habita fundamentalmente la zona que ocupa Chihuahua y tiene una parte en Arizona.
La especialista indicó que esa última población ha sido una de las más estudiadas y posee uno de los mayores índices en el mundo de diabetes y obesidad.
La doctora reveló que el estudio del origen genético legado por los primeros habitantes de la nación caribeña ha constituido un verdadero desafío.
“Uno de los temas más complejos de abordar es el de nuestros orígenes nativo-americanos, debido en primer lugar a lo pronto que fue exterminada esa población y a que esa huella genética, aunque se mantiene, no tiene las mismas proporciones que la africana y la europea.
También porque las poblaciones nativo-americanas no están lo suficientemente estudiadas, por tanto, las bases de datos de referencia para comparar las porciones nuestras con quienes se parecen no son tampoco tan amplias como nosotros quisiéramos. Además en este estudio, en el caso de poblaciones africanas, nosotros comparamos con 45 grupos africanos autóctonos, y en el caso de los nativo-americanos los comparamos con 31 poblaciones nativo-americanas”, expresó.
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