Médicos de misión en Venezuela compran casas nuevas en Cuba y se les llenan de grietas

Ana Iris Companioni Suárez es epidemióloga del Departamento de Vigilancia de la Dirección Provincial de Salud, cumplió misión en Venezuela y a su regreso a Cuba pagó 2.095 CUC por la casa nueva, prefabricada, que le construyó y vendió el Estado en Ciego de Ávila. De eso hace sólo 12 años, pero la vivienda ya se le ha llenado de grietas. Por una de las rendijas puede ver el cielo. Se mojó con el huracán Irma y se volvió a mojar con la tormenta Alberto.

Ha reclamado y le han dicho que se tranquilice, que el edificio no se va a caer, pero la grieta ya ha llegado al tercer piso. Su sueño (de tener casa propia) se ha convertido en pesadilla, porque hay un estudio que reconoce problemas estructurales (grietas junto a las puertas) y no estructurales (humedad) en la vivienda, según recoge el diario local Invasor.

La venta de casas a trabajadores de la Salud que cumplieron misión en Venezuela forma parte del Programa de Asignación de Viviendas Barrio Adentro, que surgió en Cuba en 2004. Se dijo en su momento, que era un acuerdo entre Fidel Castro y Hugo Chávez. Sólo se ha puesto en marcha una única vez para beneficiar a 8.000 médicos y personal sanitario de todo el país. De ellos, 283 son de Ciego de Ávila aunque sólo 267 tienen ya su casa en propiedad. Los que faltan, recibirán la obra nueva este año y los últimos 10, en 2019, aunque hay retrasos.

La vivienda no es gratis. De hecho, el Estado congeló las cuentas de los colaboradoresen Venezuela para garantizar que en cuanto estuvieran listas, hubiera dinero para pagarlas. Pero muchas casas tardaron 10 años en construirse, por lo que el dinero tuvo que ser desbloqueado. Para cuando estaban acabados los edificios, a muchos se les había terminado también los ahorros y se quedaron sin casa.

Las viviendas se construyeron en el reparto Vista Hermosa, de Ciego de Ávila, y forman parte de la urbanización La Calera, aún en obras. Desde 2006, los nuevos propietarios han interpuesto una veintena de quejas por los desperfectos de las casas. A muchas se les ha reconocido el 100% de riesgo moderado de corrosión y daños permanentes e irreversibles.

Las últimas construcciones, entregadas en 2015, no tienen instalación hidráulica porque cuando los albañiles se fueron y quitaron los custodios se robaron todas las tuberías.

Hay quejas también porque las primeras edificaciones que se hicieron eran biplantas con espacio para parqueo, pero ahora se están haciendo edificios de microbrigada.