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Lo que no se perdona José Rubiera tras el paso del huracán Gustav por Cuba

El meteorólogo se subió a su Lada con su mujer y partió hacia Pinar del Río a estudiar el ciclón.

El doctor José Rubiera. © Cubadebate
El doctor José Rubiera. Foto © Cubadebate

Este artículo es de hace 5 años

Han pasado 10 años desde que el huracán Gustav, uno de los tres más intensos que azotaron la Isla en 2008, devastara el extremo occidental de la Isla. Ese ciclón dejó una espinita clavada al doctor José Rubiera, el meteorólogo más importante del país, según recoge Cubadebate.

Cuenta Rubiera que recuerda que Gustav estaba débil a su paso por Jamaica, pero se fortaleció en el camino hacia la Isla de la Juventud y Pinar del Río. Él previó y lo dijo con antelación. Como hace siempre que pasa un ciclón por Cuba, pasó noches sin dormir, sentado en una silla, mirando la evolución del huracán.

El 30 de agosto de 2008 Gustav alcanzó la categoría 4 con vientos máximos de 230 km/h, que llegaron a alcanzar los 340, quizás más, pero el mástil del instrumento registrador, que había sido inspeccionado un mes antes de la llegada del huracán, fue derribado y no pudieron conocer las velocidades alcanzadas.

Instrumento derribado en Pinar del Río. Foto: Cubadebate.

"En mi memoria está registrado algo que no me va a volver a ocurrir jamás", dice Rubiera, refiriéndose a que en los días previos al paso de Gustav por Pinar del Río olvidó cargar con tiempo su cámara de fotos.

Cuando decidió subir a su Lada con su mujer y dirigirse a Pinar del Río para estudiar in situ el huracán, se topó con que las pilas de la cámara tenían muy poca carga. En su casa no había luz. Así que se la llevó como estaba y de ese ciclón sólo pudo hacer unas pocas fotos. Todavía hoy no se lo perdona.

Rastra volcada durante el huracán Gustav. Foto: José Rubiera.

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