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Indignación en Pinar de Río por las esculturas de la Calle Real (+Fotos)

El escritor pinareño Nelson Simón ha instado a que “todos aquellos que tienen el poder y la capacidad de decidir, lo hagan con responsabilidad sobre todo si se trata de obras públicas”.

Escultura de un tabaco colocada en un tramo de la calle Real, en Pinar del Río © Facebook/Nelson Simón
Escultura de un tabaco colocada en un tramo de la calle Real, en Pinar del Río Foto © Facebook/Nelson Simón

Este artículo es de hace 5 años

El emplazamiento de un grupo de esculturas en la icónica calle Real de Pinar del Río ―también conocida como calle Martí― ha disgustado a un elevado número de residentes de esa ciudad, quienes consideran que afean la avenida, y que los méritos artísticos de las obras en cuestión no están a la altura del lugar escogido para situarlas.

Se trata de cinco esculturas que resultaron ganadoras de un concurso convocado por el 150 aniversario de la concesión del título de “ciudad” a Pinar del Río, y que han sido colocadas en el primer tramo del separador o paseo de la citada calle.

Facebook/ Nelson Simón

"El rígido tabaco sostenido sobre cabillas corrugadas, me deja sin palabras. Nada tiene que ver con la tierra del mejor tabaco del mundo, con la fertilidad de los campos donde se siembra, del arte de las manos de quienes lo cosechan o tuercen", ha escrito el poeta, narrador y dramaturgo pinareño, Nelson Simón sobre una de ellas.

El hecho ha generado muchas opiniones que, como suele ser habitual en estos tiempos, han dado también el salto a las redes sociales, reunidos en este caso en torno a un comentario de Simón, quien ha atacado con dureza la decisión de las autoridades pinareñas de colocar en la calle Real lo que él califica de “artefactos”. En ningún momento el escritor ha citado el nombre del autor de las obras.

Facebook/ Nelson Simón

"La 'guayabita del pinar' es absolutamente decorativa, pudiera estar emplazada junto al cartel que identifica la centenaria fábrica o a la entrada de una finca productora de la fruta endémica de nuestros campos", añade sobre esta otra.

“¿Qué nos está pasando en Pinar?”, se pregunta Simón, quien considera que no todos los gestos para embellecer la ciudad en los últimos tiempos han sido acertados.

Acto seguido invita a reflexionar sobre lo hecho porque “las ciudades, como los hombres, tienen vida propia, y terminan por reflejar el pensamiento, la Cultura, la pobreza o riqueza de aquellos que las trazan”.

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"El arado, solo reproduce a escalas monumentales, un objeto obsoleto, ligado a las prácticas agrícolas más atrasadas y degradantes y no a la productividad que se requiere de nuestros campos", continúa, y sin embages ni medias tintas, insta a que “todos aquellos que tienen el poder y la capacidad de decidir, lo hagan con responsabilidad sobre todo si se trata de obras públicas”.

Aunque hay quienes se han mostrado a favor de las obras en cuestión, a otros les preocupa que se esté gestando “un nuevo cuento de pinareños”, y temen que luego vengan las bromas porque “esta vez falta arte a lo que se ha querido vender como arte”.

Facebook/ Nelson Simón

Sobre el pájaro, Nelson Simon ha precisado que ahora entiende la negativa de los residentes en Viñales cuando "pretendieron colocar, este amasijo de alambrón y herraduras en medio de su valle como horroroso homenaje a Dora Alonso por su centenario", no obstante en este caso ha sido puesta de forma "provisional", según aseguran.

“Llamar ‘esculturas’ a estos ‘artefactos’, es desconocer una parte importante de la historia del arte”, ha reseñado el escritor pinareño.

Facebook/ Nelson Simón

"...No logro descifrar si ese entramado metálico ensamblado de manera casi gratuita y caprichosa ¿nos remite a la estructura de una columna o a una industria que no existe por nuestra región?", se pregunta Nelson Simón.

Y añade: “Son de una elementalidad aplastante. No pasan de ser objetos artesanales a escalas monumentales, predomina en ellos lo rudimentario, lo primitivo, la carencia de un concepto, la ingenuidad”.

No pasan de ser objetos artesanales a escalas monumentales, predomina en ellos lo rudimentario, lo primitivo, la carencia de un concepto, la ingenuidad

A Nelson Simón le preocupa que la “sublimación del Kitsch” se haya venido apoderando desde hace años “de manera indiscriminada e imparable, en ambientaciones, plazas, locales y parques de la ciudad y hasta fuera de ella”.

Facebook/ Nelson Simón

"La hoja calada es un poco más graciosa, una parte de ella pudiera remitirnos a la exuberancia de la vegetación vueltabajera, la otra a la geometría de la ciudad", dice sobre otra de estas figuras.

Asegura, por otra parte, que quienes esperaban un verdadero “paseo de esculturas" se siente “estafados” por creaciones que distan mucho de “lo artístico”.

Simon considera preocupante que esas obras hayan sido cobradas con dinero público, bajo los términos de una convocatoria que llamaba a una representación de la identidad vueltabajera.

“Hablar de identidad es hablar de algo más profundo y esencial. Lleva adentrarse, con responsabilidad, en un entramado cultural, social e histórico”, añade.

Y sentencia: “Definir rasgos de identidad no es algo que se pueda hacer como en un infantil juego de niños”.

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