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En el hospital materno de Villa Clara solo se inscriben 10 niños por día

Entrado el siglo XXI, cuando la tecnología ayuda y la natalidad se ha deprimido considerablemente en el país, resulta increíble que registrar el nacimiento de un bebé sea un proceso más engorroso que lo que fuera en el pasado, cuando las madres podían darles a sus hijos un nombre el mismo día del alumbramiento.

Hospital Gineco-obstétrico de Villa Clara © CiberCuba
Hospital Gineco-obstétrico de Villa Clara Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 5 años

Un dimequetediré de grandes proporciones se ha generado en el hospital materno Mariana Grajales de Villa Clara, a partir de un hecho insólito: las registradoras del ministerio de justicia que tienen su oficina en esa institución solo inscriben a 10 bebés por día.

Como es lógico, los padres de las criaturas se quejan, pues si no logran oficializar el nacimiento de sus hijos deben intentarlo a la mañana siguiente.

Pero como de un día a otro se van acumulando solicitudes, ahí mismo aparecen las colas nocturnas, los aprovechadores y coleros vendiendo tiques; en resumen, las familias, incluso después del alumbramiento, se ven en una situación realmente embarazosa.

Como de un día a otro se van acumulando solicitudes, ahí mismo aparecen las colas nocturnas, los aprovechadores y coleros vendiendo tiques

Según los propios directivos de la principal institución gineco-obstétrica de Villa Clara allí nacen aproximadamente 15 niños como promedio diario, aunque hay días en que la cifra ronda los 30 alumbramientos.

CiberCuba / Hospital Gineco-obstétrico de Villa Clara

El martes, por ejemplo, nacieron 23 y el miércoles fueron 21.

Siendo así, no se debiera limitar el número de inscripciones diarias pues, como bien explican las autoridades sanitarias, los más perjudicados son los padres que residen en los municipios y zonas rurales de la provincia, quienes deben esperar varios días para formalizar la llegada al mundo de sus bebés.

Muchas veces, incluso, después de recibir el alta médica la madre y el recién nacido, se ven obligados a regresar para darle a sus criaturas un nombre en este mundo.

Por medio de la emisora santaclareña CMHW, con transmisión online, la dirección del hospital se sacudió toda la responsabilidad para culpar a las registradoras de hacer mal su trabajo, mientras que estas últimas enfilaron sus cañones contra la institución por no cumplir con los protocolos establecidos ni proveerles los medios para trabajar.

Entrado el siglo XXI, cuando la tecnología ayuda y la natalidad se ha deprimido considerablemente en el país, resulta increíble que registrar el nacimiento de un bebé sea un proceso más engorroso que lo que fuera en el pasado, cuando las madres podían darles a sus hijos un nombre el mismo día del alumbramiento.

Pero más allá del absurdo careo, se encuentra la absurda y dolorosa realidad.

Por si fueran pocas las dificultades, desvelos y urgencias que genera en una familia cubana la difícil decisión de traer un hijo al mundo, el primer acto jurídico de que es parte un ser humano también es presa de la burocracia y sus sinsentidos.

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