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Una científica cubana trabaja para mejorar el famoso chile habanero de México

Desde hace casi dos décadas produce semillas con las mejores variedades.

Nancy Santana © CIB / YouTube
Nancy Santana Foto © CIB / YouTube

Este artículo es de hace 5 años

La científica cubana Nancy Santana, radicada en México desde 1993, ha estado trabajando junto a su equipo durante 17 años, para mejorar la forma, el color, el sabor y el aroma del popular chile habanero.

La doctora,que trabaja para el Centro de Investigación Científica de Yucatán, produce semillas que ofrece en venta y a veces como donación a productores de la región, de la cual el mencionado chile es uno de los cultivos endémicos.

Chile habanero / Wikimedia Commons

Desde su llegada a México, se interesó por las plantas de la Península de Yucatán, lugar donde se quedó a radicar, y luego de coquetear con café, orquídeas y cítricos, se decidió por el habanero, pues lo consideró un reto para la biotecnología.

"Empecé a ver con qué cultivos yo podía hacer algo que valiera la pena. Quería hacer algo que fuera realmente de interés para que pudiera llegar al productor, a la industria, a la sociedad ", dijo en entrevista para El Financiero.

Toda la información de las variedades estudiadas se conserva en un banco de germoplasma, una fuente de información que concentra todos los datos genéticos de las variedades de plantas que, de acuerdo con la investigadora, es único en México.

Chile habanero / Wikimedia Commons

"En el caso de algunas (variedades de chile habanero) lo llevamos hasta cinco ciclos de selección, porque están más mezcladas y no es fácil estabilizarlas genéticamente", contó Santana.

Este proceso de selección y clasificación de las nueve variedades encontradas duró aproximadamente ocho años. El siguiente paso consistió en la creación de híbridos con las mejores cualidades de dos variedades, para obtener mejores plantas.

"¿Cuáles son las ventajas del híbrido? Es garantía de producción, es calidad del fruto, calidad de germinación, de tolerancia a todo el estrés ambiental, tanto de plagas, enfermedades, no digamos que son inmunes, pero soportan más que cualquier otras, por el vigor que adquieren cuando los cruzas", explicó la científica.

Pero el chile habanero no es el único reto de esta incansable doctora, quien se propone ahora hacer un proyecto similar con la piña. Esta fruta tiene un proceso de reproducción diferente por lo que implica el desarrollo de una técnica diferente, que posibilite la generación de un fruto que se adapte a las condiciones de Yucatán y sobreviva a sus amenazas.

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