Los bailadores jóvenes predominaron entre los concursantes en el Festival Cuba Danzón 2018 que en su XVI edición se celebró en Matanzas, en noviembre pasado, para celebrar la vitalidad de un género musical considerado Patrimonio Cultural de la Nación. En aquel festival concursaron 27 parejas procedentes de todas las provincias y de esas 27, había 14 integradas por jóvenes. En el Palacio del Danzón, Miguel Faílde, merecieron el Gran Premio los hermanos gemelos Osmary y Omar Rodríguez, y el primer lugar quedó ocupado por un dúo matancero.
El XVI Festival Cuba Danzón 2018 sesionó en Matanzas para favorecer la continuidad del género que tiene sus orígenes en la urbe de río y puentes de la mano del músico Miguel Faílde, con la pieza pionera Las alturas de Simpson. Además, en varias provincias del país, como Villa Clara, prosperan los Clubes Amigos del Danzón.
La reanimación del danzón también se relaciona con la presentación de la Orquesta Miguel Failde en la Sala de Conciertos José White, de Matanzas, el primero de enero pasado, para rendir homenaje a Las Alturas de Simpson, pieza pionera del danzón, que resonó en el mismo sitio donde se estrenó oficialmente hace 140 años.
En Matanzas, la cuna del danzón, casi nunca ha faltado el tributo al género, y esta vez llegó con la agrupación de Ethiel Failde, tataranieto del creador de Las Alturas de Simpson. Este concierto recuerda aquel otro, que tuvo lugar el 1ro de enero de 1879, en el escenario del Liceo Artístico y Literario de Matanzas (actual Sala de Conciertos José White), donde fue estrenado oficialmente el danzón mencionado, y fue tocado una y otra vez por reclamo de los bailadores.
Marca de inicio del danzón en tanto ritmo que devino baile nacional de Cuba, Las Alturas de Simpson fue tocada también, según aseguran muchos, el 31 de diciembre de 1878, en la Quinta Luna, casona colonial hoy en ruinas, donde Miguelito Faílde también tocó la famosa pieza que iniciaría el largo desarrollo del baile nacional de Cuba.
Derivado de la contradanza, que cada vez adquiría elementos criollos más notables, el danzón formó parte de un desarrollo cultural en Matanzas (en la segunda mitad del siglo XIX) al cual se integraron también las tertulias de Domingo del Monte, la fundación de la Biblioteca Pública, el Liceo Artístico y Literario, y la edificación del teatro Sauto.
Las Alturas de Simpson se nombraba de esa manera en homenaje a uno de los barrios más populares de Matanzas, justamente donde residía su autor Miguel Faílde, cuyo tataranieto, el flautista Ethiel Fernández Faílde, se ha convertido en el más joven director de orquesta de Cuba y ha emprendido exitosamente la reactivación del género.
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