Jason Dalton, un conductor de Uber que en 2016 asesinó a seis personas en Michigan y alegó haber sido poseído por el demonio, se ha declarado culpable.
El hombre, que además de los seis fallecidos hirió a otras dos personas, declaró su culpabilidad ante un tribunal de la ciudad de Kalamazoo por los cargos asesinato, intento de asesinato y otros vinculados con armas.
Dalton, de 48 años, actuó en contra del consejo de su abogado, y ha admitido los crímenes en ausencia de un acuerdo de culpabilidad. Ello lo enfrenta a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
"He querido hacer esto durante bastante tiempo", reconoció ante el juez, y añadió que deseaba evitar a las familias de las víctimas la agonía de un juicio.
El 20 febrero de 2016, Dalton, casado y padre de dos hijos, disparó contra ocho personas en tres lugares diferentes de Kalamazoo, y como consecuencia murieron cuatro mujeres y dos hombres, uno de ellos menor de 17 años de edad. Los crímenes los cometió en las pausas entre traslados de pasajes.
A las cuatro mujeres las asesinó en el estacionamiento de un restaurante, y a los dos hombres, padre e hijo, en un concesionario de automóviles Kia.
Tras su arresto, Dalton afirmó a la policía que una "figura del demonio" en la aplicación Uber lo estaba controlando durante los tiroteos.
Al enfrentarse a seis cargos de asesinato en primer grado, dos cargos de intento de asesinato y ocho cargos de uso de armas de fuego por delitos graves, Dalton inicialmente intentó montar una defensa por demencia.
A pesar de esa alegación inicial de demencia, el hombre fue considerado competente para ser juzgado. Las autoridades consideran que lo que impulsó a Jason Dalton, un hombre que nunca antes había tenido problemas con la ley, a convertirse en un asesino en masa, probablemente seguirá siendo un misterio.
Dalton regresará a la corte el 5 de febrero para recibir su sentencia.
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