Nahila Hernández San Juan descubrió en 2008 los ultramaratones "a raíz de una lesión" y desde entonces compite en carreras hechas solo para personas que les gusta probar hasta dónde puede llegar su propio cuerpo.
"A mí me gustan la distancias más largas, donde te llevas a límites que van más allá de lo físico", confiesa esta cubana-mexicana que acumula "más de 20 o 30 ultramaratones" en distancias superiores a los 100 kilómetros.
En conversación con CiberCuba, Hernández dijo que a raíz de una lesión, sufrida cuando corría por salud para recuperarse de su segundo embarazo, descubrió el Maratón des Sables (Maratón de las Arenas, en español), que atraviesa cada año 250 kilómetros del desierto de Sahara, en Marruecos.
"Desde entonces no he parado de hacer carreras... casi siempre de más de cien kilómetros", cuenta sobre las ultramaratones que se consideran a partir de los 42 kilómetros en condiciones climáticas muchas veces adversas.
Esta atleta comparte su corazón con Cuba, donde estuvo hasta los 18 años, y con México, de donde tiene la nacionalidad, aunque conserva las dos porque regresa cada año a La Habana a ver a sus padres, comentó a CiberCuba.
De hecho, Hernández lleva las banderas de estos dos países latinoamericanos en sus competiciones, aunque ahora viva en Chile y haya nacido en Azerbaiyán, cuando sus padres estudiaban en la antigua Unión Soviética.
"He tenido la fortuna de correr en todos los continentes", afirma a CiberCuba.
En 2018 se enfrentó a la Triple Corona de 200 millas en Estados Unidos y el año anterior corrió el World Marathon Challengue, que le mereció un Récord Guiness por 'el tiempo más rápido en una distancia ultra maratón en cada continente en la categoría femenina'.
Aunque todas las carreras son difíciles porque sufre "lesiones físicas, el cansancio, el sueño, los malestares estomacales", esta cubana dice que nunca se había quedado sin respirar como en la Triple Corona de las 200 millas que fueron tres carreras en Estados Unidos.
"En la segunda de ellas que fue alrededor del lago Tahoe en Nevada, tuve muchos problemas respiratorios. No poder respirar es una experiencia que no me había pasado nunca y dificulta mucho desplazarse sobre todo en zonas montañosas", recuerda sobre aquella ocasión, donde estuvo casi un día sin respirar bien.
En 2019 está confirmada para una ultramaratón de unos 161 kilómetros que se hace alrededor del antiguo Muro de Berlín, The Berlin Wall Race, en memoria de todas las personas que murieron intentando cruzarlo.
Desde hace tres años está además en lista de espera para correr en el Polo Norte. "Es el único lugar del mundo que me falta por correr, es una carrera muy solicitada, está sobrevendida y estoy a disposición de un llamado de último momento que podría ser la última semana de marzo para participar en abril", apunta a CiberCuba.
"Es una carrera que no es ultradistancia, es una maratón, pero bastante exótico y atípico porque el sitio donde se hace, cada vez queda menos hielo lo suficientemente grande, como para generar una ruta, que de por sí es de uno o dos kilómetros, donde se dan muchas vueltas", explica.
Esta cubana además de correr, ayuda a otras personas a prepararse y participar en competiciones en un proyecto junto a su esposo Cristian Sieveking. En Rompiendo Límites ambos contribuyen a que su pasión se vuelva colectiva y organizan experiencias al desierto de Atacama y a la Patagonia.
Este año ambos irán con un grupo de personas en noviembre para participar en el Maratón de La Habana, donde de niña comenzó a practicar deportes como nado sincronizado desde los 6 años.
Tanto es su amor por la capital de Cuba, que después del tornado que arrasó algunos barrios, esta atleta no dudó en pedir ayuda a través de sus redes sociales para los damnificados.
"Si quieres ayudar, hazlo de forma directa. Si no sabes cómo, escríbeme, tengo familia y amigos directos que han sido dañados y gente de confianza para ayudar realmente", escribió.
A Nahila Hernández le gusta correr más allá de los límites, pero como toda cubana siempre regresará a su casa, así haya sido la primera mujer latinoamericana en atravesar los 1.230 kilómetros del desierto de Atacama.
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