La frustrada intervención militar en Venezuela ideada por Fidel Castro

En 1967 ocurrió un intento de intervención militar en las costas venezolanas, ideada por el propio Fidel Castro y organizada durante más de un año en Cuba.

Uno de los sobrevivientes, el venezolano Héctor Pérez Marcano, ya octogenario, contó a BBC News Mundo la historia del conocido “desembarco de Machurucuto”, una fallida acción en la que sus protagonistas actuaron simplemente como “peones” del dictador cubano.

El 8 de mayo de ese año, a las 2 de la madrugada, una lancha con ocho hombres con mochilas y fusiles norcoreanos AK47 llegó a la playa. Habían salido seis días antes de Santiago de Cuba, donde fueron despedidos por Fidel Castro en persona.

“Fidel pasó toda la noche anterior con nosotros, dando las últimas instrucciones, chequeando todos los materiales, trasmitiéndonos algunas de sus experiencias en la lucha guerrillera en Cuba. Estuvo supervisando hasta el último minuto y nos acompañó hasta el barco a las 6 de la mañana, que fue cuando zarpamos”, reveló.

Los expedicionarios tenían la misión de reforzar un frente guerrillero que operaba en el Cerro El Bachiller, en una zona montañosa a 160 kilómetros de Caracas. Durante más de un año los hombres, cuatro venezolanos y cuatro cubanos, se había preparado en Pinar del Río hasta dominar las técnicas de un desembarco y de la vida guerrillera en las montañas.

Pérez Marcano integraba el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, un partido formado a partir del entonces gobernante Acción Democrática, inspirado en la Revolución cubana. Había llegado a Cuba en 1964 con el propósito de formarse en la lucha armada.

En 1966, junto a sus compañeros, se entrevistó con Fidel Castro en el Habana Libre. Querían ayuda para regresar a Venezuela clandestinamente desde Colombia. Fue el líder cubano quien les sugirió hacer un desembarco directo. Incluso, agregó al grupo cuatro cubanos curtidos en la lucha guerrillera, entre los que estaban Raúl Menéndez Tomassevich y Ulises Rosales del Toro, años después ascendidos a generales.

DESEMBARCO FALLIDO

Los ocho guerrilleros desembarcaron bien, pero antes, el cubano Antonio Briones Montoto, comandante de la lancha, decidió que los hombres de la tripulación, que originalmente debían volver, se quedarían con ellos, lo cual incumplía las órdenes recibidas.

Pero antes de llegar a la orilla la embarcación se viró y sus cuatro marineros cayeron al mar. Uno se ahogó, según informes oficiales. La nave fue arrastrada hasta Machurucuto donde los pobladores, al percatarse de lo sucedido a la mañana siguiente, avisaron a las autoridades.

Días después, el diario El Nacional daba la noticia: “Muerto militar cubano y capturados otros dos al intentar desembarcar en playas de Barlovento”. El muerto era Briones Montoto, que según las autoridades fue disparado al tratar de escapar, aunque otras fuentes aseguran que se ordenó su ejecución.

Mientras, los ocho guerrilleros demoraron 100 días en contactar con el grupo al que iban a unirse. Durante ese tiempo fueron constantemente ametrallados por helicópteros, que conocían su ruta por las montañas tras haber obtenido un mapa de los detenidos.

Pero aunque lograron unirse al frente de El Bachiller, ninguno de aquellos hombres duró mucho tiempo alzado. Pasado solo un año, los cubanos pidieron retornar a la Isla. Según Pérez Marcano, se convencieron de que la lucha armada en Venezuela era un fracaso.

Eso mismo concluyó el narrador de esta historia. Por ello, decidió acogerse a una amnistía ofrecida en 1969 por el entonces presidente venezolano Rafael Caldera, que permitió a los amnistiados reincorporarse a la vida civil sin pagar ninguna sanción.

Sin embargo, el desembarco de Machurucuto no quedó ahí. El gobierno de Venezuela denunció a Cuba por intervención o agresión militar. Se pidió una reunión de la OEA y la denuncia se envió a la ONU. Las relaciones entre ambos países se rompieron hasta 1974.

Por su parte, el gobierno cubano negó toda la responsabilidad.

Cuatro décadas después, Pérez Marcano considera que aquella acción fue un error, pues se enfrentaban a un gobierno elegido democráticamente. Además, aunque fueron los movimientos de izquierda venezolanos los que buscaron apoyo en La Habana, al final terminaron siendo instrumentos de Castro.

“Dentro de esa estrategia continental, que estaba en la cabeza de Fidel, Venezuela era la joya de la corona. En esas conversaciones él nos habló muchas veces de la importancia del triunfo de la lucha guerrillera en Venezuela porque podía desencadenar el desarrollo de la revolución en América Latina”, dijo.

“Nuestro triunfo para Fidel significaba lo que ha ocurrido después con Chávez. Una vez que Fidel logra deslumbrar a Chávez, quien acepta sus orientaciones políticas, el petróleo venezolano comenzó a ser usado (…) para tener bajo influencia política a los gobiernos de los países caribeños. El genio de toda esta situación que se ha dado en América Latina a partir del triunfo de Chávez en Venezuela es el de Fidel Castro”, concluyó.