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"Lo más probable es que los apagones vuelvan a la realidad cotidiana de los cubanos"

El economista Elías Amor vaticina un 2019 "muy complicado en Cuba". "La economía cubana va camino de una situación difícil de soportar, que puede acabar provocando estallidos sociales", alerta.

Elías Amor. A la derecha, una estampa habanera. © CiberCuba
Elías Amor. A la derecha, una estampa habanera. Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 5 años

El año pasado, en una entrevista concedida a CiberCuba, el economista cubano Elías Amor, vaticinaba que los meses de enero y febrero de este año iban a ser especialmente difíciles. Y así ha sido. Este portal de noticias vuelve a hablar con el también presidente del Observatorio Cubano de Derechos Humanos sobre la situación actual de la economía cubana y sus predicciones son escalofriantes.

Él cree que volverán los apagones porque Rusia no sustituirá a Venezuela en el suministro el petróleo a bajo coste. En su opinión, la situación no será igual a la del Período Especial de los 90, pero recuerda que "llueve sobre mojado". Tendremos un 2019 "bastante complicado" y esto podría desencadenar estallidos sociales, asegura.

CiberCuba: ¿Está Cuba en un nuevo Período Especial?

No se puede comparar el escenario económico actual y el que va a venir en los próximos meses, con el denominado "período especial" porque la magnitud del impacto de las subvenciones soviéticas alcanzó a casi el 40% del PIB de la economía cubana y su pérdida asestó un duro golpe al conjunto del sistema, y ahora la situación es bien distinta porque se trata solo de petróleo de Venezuela que se consigue a precios más baratos. Lo que ocurre es que "llueve sobre mojado", y las reformas implementadas tras el sexto Congreso, los llamados Lineamientos, no han dado los resultados previstos sobre la economía. La culpa es de la ideología política, la comunista, que sigue priorizando las decisiones económicas que se tienen que tomar, porque no existe alternativa. Mientras no se plantee alternativa clara a la hegemonía comunista, la economía no podrá ir bien.

Cree que Rusia podrá suministrar el petróleo que necesita Cuba ahora que Venezuela no puede. ¿Los cubanos deben prepararse para los apagones?

El mercado mundial del petróleo no está en condiciones de jugar a regalos y gratuidades como hizo Venezuela con Cuba por motivos ideológicos desde los tiempos de Chávez. Varias razones lo explican. Cada vez se consume menos petróleo por unidad de producto en la economía mundial, y la demanda tiende a situarse en tendencia por debajo de una oferta de petróleo que busca la forma de maximizar los beneficios en el horizonte que queda por delante. Estos desajustes oferta y demanda de petróleo a nivel global van a ir en aumento en los próximos años. Los compromisos de compra y venta de los países están muy ajustados, porque el desarrollo de China o India condicionará la dinámica del mercado. Ningún productor mundial de petróleo, ni siquiera Rusia, está en condiciones de ofrecer a Cuba petróleo a bajo coste. El régimen tendrá que pagarlo a precio de mercado y ya veremos con qué lo hace. Cuando no alcance el dinero, lo más probable es que los apagones vuelvan a la realidad cotidiana de los cubanos salvo que la gente proteste y exija respuestas.

El Gobierno cubano se ha marcado como meta exportar y cobrar. ¿Es esta la solución?

Exportar es una de las estrategias para fomentar el crecimiento económico. Pero en la economía cubana esto es complicado porque la mayoría de empresas, sobre todo estatales, son muy poco competitivas y producen para el mercado interno, con niveles de calidad y diseño inaceptables a nivel mundial y además en series muy cortas. La razón es que estas empresas carecen de estímulos para hacerlo mejor. Las empresas que exportan y se relacionan con el sector externo, como las que pertenecen al conglomerado del ejército y la Seguridad del Estado, no trasladan a la economía el efecto de sus operaciones porque reciclan las divisas obtenidas en beneficio del Estado. La cuestión del cobro es incluso peor porque muchas operaciones no están correctamente sustentadas y los ingresos se utilizan para compensar deudas. Para exportar, primero hay que tener empresas eficientes y competitivas en todos los sectores capaces de producir lo suficiente para el mercado nacional. Y eso, ni en el azúcar se consigue actualmente.

¿Qué cambios debería experimentar la economía cubana para salir de la recesión?

Lo he señalado en varias ocasiones: lo que se tienen que hacer los dirigentes es normalizar el sistema económico y adaptarlo a lo que funciona en el resto del mundo. Nada hay de extravagante en ello. Reconocer la equivocación de la generación de Fidel Castro y asumir que los tiempos exigen nuevos retos. Para ello, se tiene que construir un sistema jurídico estable de respeto a los derechos de propiedad para todos los cubanos, libre empresa privada como eje de la economía y mercado como instrumento institucional de asignación de recursos. Paralelo a estas actuaciones, hay que acometer mediante privatizaciones supervisadas por organismos internacionales una reducción del peso del Estado en la economía a poco más del 30% del total de los activos (no el 90% como en la actualidad) al igual que en el resto de países del mundo. Se tiene que eliminar la planificación central comunista y sustituirla por una planificación indicativa y democrática de la economía y promover una extensión de la libertad económica, manteniendo el Estado sus funciones de regulación, distribución y asignación de recursos.

¿Cree que las medidas adoptadas por Estados Unidos para evitar que el dinero de los estadounidenses vaya a parar a empresas cubanas gestionadas por militares está teniendo efectos inmediatos en la economía cubana?

Es poco el tiempo transcurrido para que se pueda evaluar este tipo de medidas. Los capitales fluyen libremente a nivel internacional, y eso es bueno, porque así obtienen la mayor rentabilidad para los ahorradores. Al margen de ello, el principal flujo de capital de EE.UU. a Cuba tiene carácter humanitario y está formado por las remesas que los hijos o padres envían a las familias en Cuba. Más de 3.000 millones de dólares al año llegan por esta vía, incluyendo los enseres que entran al país en las maletas repletas de los aviones. Este flujo de capital, que no se puede interrumpir, está sosteniendo el sistema económico en Cuba y tiene unas repercusiones muy importantes sobre la sociedad en términos de desigualdad y oportunidades.

¿Qué impacto tendría abrir definitivamente la puerta a que las personas y empresas expropiadas por el Gobierno de Fidel Castro puedan reclamar sus propiedades en los tribunales de Estados Unidos?

También he señalado en varias ocasiones que sin devoluciones de la propiedad a los legítimos propietarios que son los que aparecen en los registros antes de las confiscaciones que empezaron en 1959 y acabaron en 1968, la economía cubana no puede reestablecer su sistema ni avanzar hacia el futuro con bases sólidas. Otros países ex comunistas acometieron procesos similares de devoluciones de derechos confiscados y expropiados, y han conseguido enderezar sus economías. De igual modo, no veo a los antiguos propietarios recuperando sus viviendas derruidas y en mal estado, donde se hacinan familias cubanas actualmente. Muchas empresas del pasado han sido abandonadas. A nadie se le va a expulsar de sus casas, existen mecanismos de compensación mucho más eficientes que son los que debe asumir el Estado castrista si quiere recuperar su dignidad y responsabilidad. Además, estoy seguro de que podría contar con asistencia financiera internacional para poner el contador a cero y restaurar el sistema de derechos de propiedad existente antes de 1959.

El Gobierno de Cuba anunció para este año la mayor descentralización jamás vivida por la economía cubana. ¿Qué impactos cree que tendrá?

De momento, habrá que esperar. Llevan prometiendo descentralización desde 2006, pero no acaba de llegar. Muchos directivos de empresas cubanas no toman decisiones porque esperan la autorización de sus superiores en los ministerios y las corporaciones, o no se arriesgan a perder sus empleos por ser demasiado audaces, temiendo el castigo. La ortodoxia comunista obliga a que sean obedientes de los mandos superiores. A nadie en su sano juicio se le ocurre que un segundo o tercer secretario del Partido Comunista a nivel local tenga algo que decir en relación con el funcionamiento de una economía. En Cuba, parece que sí, y esto supone que el partido único concentre todo el poder político y económico. No van a descentralizar nada, mientras el Partido Comunista se mantenga como monopolio. Y ya se sabe que lo han aprobado en la nueva Constitución.

¿Cree que es viable acometer la unificación de la moneda tal y como está la economía cubana?

La cuestión de la unificación monetaria, tal y como anticipé hace tiempo, está parada y no existen planes para resolver una situación que causa especial daño a las empresas. Por ejemplo, la doble contabilidad en moneda total es un despropósito que hace temblar a los inversores extranjeros cuando tratan de analizar los balances de las empresas. Los cubanos se han acostumbrado a lo innatural que es operar con dos monedas en su país, creo que es el único que a nivel mundial lo hace. Y el gobierno, gracias a este subterfugio, recauda divisas, lo que también le viene bien. Seguirán con este lastre, porque además, la economía cubana va a entrar en un período muy complicado en 2019.

El año pasado Cuba cumplió los objetivos de exportación de langosta, camarones o ron. Ni zafra ni turismo tiraron de la economía. ¿Qué perspectivas tenemos este año?

Siguiendo con mi análisis, la economía cubana en 2019 tendrá uno de los peores ejercicios desde 2016, cuando entró en recesión. Serán tres años de estancamiento que han provocado que aparezcan los problemas estructurales que lastran la economía, como son el déficit público, por encima del 12% del PIB y el déficit comercial de bienes, cada vez más complicado de cerrar con los ingresos de turismo o la venta de médicos y profesionales.

El endeudamiento externo va en aumento y eso impide obtener condiciones favorables de financiación en los mercados internacionales. Los motores se han parado bruscamente: el turismo lucha por alcanzar la cota de 5 millones sin tener éxito, las inversiones extranjeras han frenado su crecimiento por las trabas y dificultades burocráticas y las remesas se mantienen pero no son suficientes para sostener el conjunto de una economía en la que ningún sector, excepto las telecomunicaciones, registra crecimiento en sus niveles de actividad.

Las tendencias demográficas con el envejecimiento de la población y el bajo nivel tecnológico hacen que el crecimiento a medio y largo plazo sea cada vez menor. Es el momento de dar un giro al timón de 180º porque la economía cubana va camino de una situación difícil de soportar, que puede acabar provocando estallidos sociales.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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