Se llama Elliot Adams y es un veterano halcón estadounidense con experiencia en los entresijos de la política exterior en los gobiernos de Ronald Reagan y George Bush (hijo).
El secretario de Estado Mike Pompeo lo ha rescatado como enviado especial de Estados Unidos para Venezuela. Le avala su participación en la gestión de la crisis en Nicaragua en los 80 y de la guerra de Irak en 2001. También le achacan haber estado detrás del golpe de Estado a Hugo Chávez en 2002. Ahora está de vuelta para sacar a Maduro.
Cuenta una periodista de El País, que lo entrevistó en 1986, que Adams tenía en su despacho una página del diario Granma, órgano oficial de los comunistas cubanos, enmarcada en la pared con un titular que decía: "Adams es una bestia".
De vuelta a la arena política, el veterano halcón busca la forma de negociar la salida de Venezuela de Maduro y su círculo más cercano "unos 10 o 20". Muchos podrían querer instalarse en España, donde ya reside parte de su familia porque aunque son aliados de Cuba, no ven la Isla como un buen destino.
Hay un precedente de ello. El dictador venezolano Marcos Pérez Giménez, que cayó en 1958, se instaló en España y murió en Madrid en 2001.
El ministro de Exteriores español, Josep Borrell, confirmó a la Cadena Ser esta semana que Estados Unidos ha tanteado la posibilidad de que España acoja a determinados responsables del chavismo y el Gobierno del socialista Pedro Sánchez ha abierto esa puerta, pero condicionada a quién o quiénes podrían instalarse en el país, porque no estaría dispuesta a dar asilo a personas perseguidas por crímenes de lesa humanidad o que desde territorio español se dediquen a organizar actividades contra Venezuela.
Adams está convencido de que Maduro caerá, aunque él prefiere ser cauto y no habla de fechas. "Si piensa en Mubarak, Gadafi, Ben Ali, Rusia en 1991, Rusia en 1917… Nadie era capaz de predecir cuándo un cambio de esta importancia tendría lugar. Nadie predecía la caída de Ben Ali o Mubarak. Todos estos regímenes parecen sólidos y de repente dos semanas después se han ido. Así que le daría un plazo, pero no tenemos ninguno”, dijo a El País.
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