La industria nacional cubana aspira a fabricar este año 21.200 sillas de ruedas, como parte de la estrategia del gobierno para enfrentar el grave problema de envejecimiento de la población, dado fundamentalmente por la alta esperanza de vida al nacer y los bajos índices de nacimientos.
En un reciente análisis a la atención a la dinámica demográfica, el gobernante Miguel Díaz-Canel llamó la atención acerca de estos implementos, muy demandados por las personas de la tercera edad y por aquellas que sufren alguna discapacidad.
“Tenemos que ponerle toda la prioridad a ese asunto, porque existe una gran deuda de producción y muchas personas necesitadas. Además, la industria cubana tiene que lograr una silla confortable, hecha con materiales duraderos, cómoda, que incluya también sus piezas de repuesto”, dijo.
En la reunión de ayer sábado se reconoció también la deficiente oferta de toallas húmedas, jabones, coches y culeros desechables, tanto para bebés como para ancianos, que se comercializan en la red de tiendas en divisas.
En 2019 la oferta de esos productos debe aumentar, aunque todas importadas.
La situación de escasez que vive la gran mayoría de los cubanos es cada vez más grave. No solo sillas de ruedas, otros artículos indispensables como bastones y prótesis “se pierden” durante largos periodos, agravando así la difícil situación de estas personas.
Recientemente, el religioso Centro Internacional de Discapacidad ‘Joni and Friends’, de Estados Unidos, donó modernas sillas de ruedas a más 200 cubanos en Las Tunas que presentan discapacidades severas y no contaban con el implemento. La entrega, que incluyó piezas, cojines y herramientas de mantenimiento, no satisfizo la demanda del territorio.
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