Según anunció el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, la ONU eligió a la isla caribeña para ocupar algunas responsabilidades dentro de diferentes entes del organismo internacional.
Es así como en los próximos meses el gobierno de La Habana formará parte de la Junta Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, además será miembro de la Junta Ejecutiva de UNICEF y de la Comisión de Desarrollo Social.
Para el canciller cubano esto representa un reconocimiento por parte de las Naciones Unidas, similar al que recibiera en noviembre del pasado año cuando la FAO mencionó a la Isla como uno de los tres países de la región con un porcentaje de hambrientos inferior al 2.5 % de su población, solo comparado con Brasil y Uruguay.
Sin embargo, resulta paradójico tal nombramiento en un momento de crisis alimentaria en Cuba, cuando no solo el gobierno es incapaz de aumentar los niveles de producción alimentaria, sino que las contrataciones de materias primas básicas y alimentos de primera necesidad son incumplidas por los proveedores, dando como resultado desabastecimiento en mercados y establecimientos comerciales.
Recientemente se han anunciado medidas regulatorias para la distribución de algunos productos alimenticios. Por ejemplo se venderán solo 5 huevos por personas, hasta 15 kg de arroz, 5 de frijoles, 1 pasta dental, 1 detergente líquido y 2 jabones de lavar también por persona.
También son constantes las quejas de la población por las colas y precios de los productos.
El gobierno cubano ha reconocido que existen dificultades en la distribución de alimentos, pero no ha afirmado cuándo ni cómo piensa solucionar la crisis.
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