La decisión del gobierno de España de abrir un segundo consulado en Camagüey y no en Santiago de Cuba, como se había previsto, ha generado críticas internas dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores del país europeo.
La medida, dada a conocer en febrero, se justificó con el hecho de que hay más españoles viviendo en el centro que en el oriente de la Isla.
Sin embargo, varios diplomáticos expresaron a Vozpópuli que el cambio de planes echa por tierra las gestiones diplomáticas que durante dos años se hicieron ante las autoridades cubanas.
Fue en 2017 cuando Cuba autorizó la apertura del segundo consulado español en su territorio. Desde el principio se dijo que iba a estar en Santiago de Cuba, dados los vínculos históricos de España con esa ciudad (fue allí donde en 1898 se libró la batalla naval que dio el tiro de gracia al ya moribundo Imperio español), además de ser el segundo territorio más importante de la Isla.
Incluso, ya se había elegido el edificio donde se ubicarían las oficinas españolas en la capital del oriente.
Ahora hay que buscar un nuevo inmueble para la futura sede diplomática en Camagüey. Para algunos, el propósito de inaugurar la misión diplomática este año está lejos de cumplirse.
Para los cubanos, la apertura de otro consulado es un gran alivio para los cubanos que residen fuera de la capital.
La comunidad española en la Isla está formada por más de 140.000 personas, y en los últimos años el volumen de gestiones en la oficina de La Habana ha aumentado, lo cual ha ocasionado retrasos para los trámites de solicitudes de visado, entre otros.
El gobierno español busca agilizar el trabajo en dicha sede, que tiene actualmente 146.157 españoles registrados, cifra solo superada por las oficinas de Buenos Aires y de Caracas.
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