El empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba bajo la era Trump ha comenzado a reducir la colaboración científica, informó la agencia AP.
Desde el programa de intercambio de becas biomédicas, hasta el tratamiento a las enfermedades cardíacas, pasando por la preservación de los arrecifes de coral, se han visto afectados desde que el actual presidente norteamericano ha recrudecido su hostilidad hacia el gobierno de la Isla.
Aunque los viajes académicos y profesionales de ciudadanos estadounidenses hacia Cuba no necesitan del permiso del Departamento del Tesoro, en la práctica ya se realizan menos visitas y varios proyectos se han perjudicado.
Por otra parte, la decisión de cerrar la embajada en La Habana tras los ataques sónicos al personal diplomático estadounidense dificulta sobremanera a los cubanos pedir una visa. Por ese motivo, tres becarios biomédicos cubanos seleccionados en 2018 por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia para estudiar en Estados Unidos, debieron cancelar su viaje por las dificultades de tramitar la visa en un tercer país.
Igual sucedió con el grupo Medical Education Cooperation With Cuba, una organización sin fines de lucro con sede en California, que en el pasado logró llevar a varios oculistas y enfermeras cubanos al país, para intercambiar experiencias sobre el cuidado de niños.
“Ya no podemos hacer eso”, dijo Gail Reed, directora de cooperación de Medicc.
A la experta le preocupa que Trump eche atrás la orden ejecutiva dada por Barack Obama de eliminar los requisitos de licencia extra para medicamentos y productos biotecnológicos cubanos, que están ahora en proceso de aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos, con vistas a aplicarse a los pacientes de allí.
Asimismo, le preocupa que la nueva política disuada a inversionistas locales de unirse a empresas de biotecnología cubana.
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