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Cuba quiere exportar semillas de marañón, una fruta casi desaparecida en la Isla

Las semillas de esta fruta contribuyen a reducir el llamado colesterol malo y son ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales como magnesio, fósforo y zinc. Pueden disfrutarse en forma de turrón, o en tableta, una vez molidas.

Marañones © Pixabay
Marañones Foto © Pixabay

Este artículo es de hace 4 años

La agricultura cubana quiere incluir nuevos productos en su cartera de exportaciones y ha empezado a comercializar semillas de marañón, una fruta prácticamente desaparecida en la Isla y casi desconocida para los consumidores más jóvenes, informó Granma.

Según Mercedes de la Cruz, del Grupo Agroforestal del Ministerio de la Agricultura, también los troncos de bagá, usados en la decoración, así como la resina de pino, se suman a partir de ahora a artículos tradicionalmente exportables como el carbón vegetal, la miel a granel, el café y el cacao.

Es curioso que las autoridades del sector pretendan vender las simientes de una fruta que hace años se perdió de la mesa del cubano debido a las malas políticas de siembra implantadas después de 1959 y la ineficiencia del sector.

Aquellos que han vivido más, cuentan que antiguamente el marañón en almíbar era un postre muy común, y que las semillas tostadas son también exquisitas.

Estas además contribuyen a reducir el llamado colesterol malo, y son ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales como magnesio, fósforo y zinc. Pueden disfrutarse en forma de turrón, con las pepas enteras, o en tableta, una vez molidas. Platos que hoy son imposibles de saborear, porque los marañones que una vez poblaron nuestros campos, ya casi no existen.

La que “aprieta la boca” es hoy una de las tantas frutas “exóticas” en la Isla, como el mamoncillo, el tamarindo, la guanábana y el anón, que rara vez se encuentran en los mercados.

Mientras, el gobierno continúa dando facilidades económicas a empresas cuyas cosechas se destinan al turismo. Es el caso de la Empresa Nacional de Frutas Selectas, que este año ha logrado una producción estable y de calidad de otras frutas tradicionales que el sistema de la agricultura se encargó de hacer desaparecer, como el mamey colorado, el anón y el níspero.

Por ahora, para disfrutar de un buen dulce de marañón hay que tener algún amigo que conserve una mata en su patio o sembrado, o tal vez salir del país y tener la suerte de encontrar las semillas que Cuba exporta.

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