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Entrevista a Antonio Arroyo: “Cuba es mestiza por definición constitucional pero esa mezcla no aparece en la televisión”

"Los negros hemos logrado hitos importantes, muy relevantes en la vida e historia de este país, antes y después de 1959, pero no somos reflejados para nada en la televisión cubana, por no hablar del cine" comenta en esta entrevista el actor cubano Tony Arroyo.

Actor cubano Antonio Arroyo © Radio Progreso
Actor cubano Antonio Arroyo Foto © Radio Progreso

Este artículo es de hace 4 años

Mi entrevistado de hoy y yo somos casi contemporáneos: Antonio Arroyo, Tony para el pueblo cubano, tiene 58 años y yo 65, por lo que muchas de sus vivencias no son desconocidas para mí, pero su forma coloquial, expresiva, amena me impiden “animar” su coloquio pues él se basta solo. Claro, para que sea una entrevista, tengo que hacer preguntas pero juro que sus respuestas son casi textuales.

“Ay, 'blanca' tú no cambias. Sigues siendo igual a aquella joven periodista de corría por los pasillos del ICRT, porque no le alcanzaba el tiempo para trabajar. Bueno, te cuento, yo vine al mundo como ya dijiste hace 58 años, en una clínica en el Vedado, que ya ni existe, cerca de Calzada y algo.

“Mi madre, siendo pequeño, me llevó a cierto solar donde vivía una amiga y me dijo: 'tú naciste ahí'. Era un edificio en ruinas, al lado del solar. Recuerdo una columna romana pintada de verde entre los escombros y unas ventanas blancas de persianas dobles, también en la basura. Esa imagen me acompaña muchas veces y en los momentos más insospechados”.

¿Cómo era tu mamá? Siempre hablas de ella.

“Mi madre se llamaba Bernarda González. Trabajó de manejadora, que era como se denominaba a las mujeres que cuidaban niños de gente pudiente. Esa familia adinerada quería mucho a mi vieja, tanto, que le confesaron que pensaban irse del país y le pidieron que les cuidara su enorme mansión en la Quinta Avenida de Miramar.

“Mi vieja fue a Mantilla a plancharse el pelo. Cuando regresó a Miramar, la casa tenía puesto el sello de Vivienda, y chao a vivir en aquella perra casona. Muchos años después, buscándome un uniforme para la escuela, pasamos cerca de una fabulosa residencia y mi mamá, señalando el lugar, me hace el cuento, muy tranquila, de cómo pudo ser dueña de algo tan maravilloso. ¡Hasta que me hice adulto no entendí cómo un peine caliente te puede cambiar la vida!”

A una tía mía, asturiana de nacimiento, y que era sirviente en una casa del Nuevo Vedado, le pasó lo mismo, mira tú si esa historia es repetitiva. Mantilla en tu vida, aquella casa al lado de aquel solar.

“¡Mi vida! Soy mantillero de pura cepa. Mantilla me define porque crecí y me crié en ese barrio periférico, lleno de gente trabajadora, profesionales y delincuentes de poca monta. He viajado mucho, pero nunca…¡nunca! olvido mis orígenes, Mantilla”.

Sé que tú sueles perderte, has vivido en el exterior unos cuantos años. Háblame de eso.

“Pues sí. Viví años entre Chile, Argentina y Uruguay. Hice más de mil 300 presentaciones de Fresa y Chocolate, que fueron un boom, a fines de los noventa. Teníamos el referente de la película homónima que nos sirvió de una plataforma publicitaria fantástica. Aunque Tony Díaz, Tony Salup y yo, estrenamos esa misma versión en 1992. La película es del 94”.

Antonio Arroyo / Cortesía del entrevistado

¿Por qué fueron un boom en los tres países?

“Porque lo fuimos. Visitamos lugares donde nunca se había visto teatro y el agradecimiento de la gente en Sudamérica no tiene precio. En Mar del Plata, Argentina, obtuvimos dos nominaciones en 1998 a los prestigiosos premios Estrella de Mar, como Mejor Puesta y Mejor Actor, por la relevante historia de Senel Paz.

“La celebración fue en el hotel Sheraton, a todo trapo, con Emma Shapplin, una cantante de ópera muy famosa de la época. Éramos los únicos extranjeros en aquel lugar, lleno de sobresalientes actores argentinos. Recuerdo hasta la ropa que llevaba puesta.

“Sentí un honor inmenso porque éramos desconocidos y valoraron el trabajo de Tony Díaz, como director, y el mío como actor. No puedo dejar de mencionar a Luis Mesa, mi partner y compañero de aventuras en este periplo sudamericano, que me dijo muy quedo esa noche: 'si te llevas el premio de mejor actor, yo recibo el galardón como mejor puesta'. No ganamos nada aquella vez, pero sigue siendo una alegría inmensa el respeto y el cariño que se generó con Fresa y Chocolate. La gente nos paraba en la calle a pedirnos autógrafos y nos hablaban de Cuba”.

Se entusiasma Tony recordando esos tiempos. ¡Cómo para no hacerlo!

“Imagínate que nuestro productor argentino Julio Belando se gastó una fortuna en pegar un cartel de diez metros de altura por seis de ancho, con mi cara y la de Luis Mesa en la avenida más transitada de Mar del Plata. En aquellos momentos mi cabeza volaba a Mantilla. ¡Muy fuerte aquello!”

¿Qué te parece si echamos vista atrás, pues yo recuerdo muchísimo tu paso en Cuba por la televisión, la radio, el teatro, el cine cuando éramos tan jóvenes?

“Soy actor desde niño. Durante mucho tiempo fui 'el negrito que trabaja en la televisión'; el único en realidad, en aquel momento. Esto abarca desde principios de los 70 hasta que me convertí en un joven empecinado en actuar, porque reprobé el examen de aptitud en el ISA. No puedo olvidar lo que en mi carrera representan esos grandes directores que son Raúl Pérez, Carlos Piñeiro y Octavio Cortázar, a quien le dedico mi último libro.

“Con 18 años, tenía tres películas sobre mis hombros: El Brigadista, Un hombre, una mujer, una ciudad y Guardafronteras así como muchas horas de televisión, radio y teatro.

“En Silencio ha tenido que ser y Julito el Pescador, antológicas series; Al duro y sin careta, versión teatral que Mario Balmaseda hiciera de De cierta manera (por cierto, el único filme que realizó la malograda Sara Gómez) más un largo etcétera de Cuentos, programas infantiles, Teatros ICR, Nuestros Hijos, integran mi curriculum”.

Antonio Arroyo / Cortesía del entrevistado

Por fin ¿te graduaste del ISA o alguna escuela de arte?

“No. Estudié Filología y gracias a Dios, porque me permitió conocer a profesores muy competentes que me abrieron la cabeza para pensar por mí mismo y a dotarme de la voluntad necesaria para sobrevivir en cualquier circunstancia. Gracias a Marlen Domínguez, Salvador Redonet Cook, Beatriz Maggi, Luis Enrique, Rosario Novoa, Ana Cairo, Ofelia García Cortiñas, Otilia de la Cueva, Daniel Chavarría, personas extraordinarias en el ámbito académico y humano.

“Me gradué en el 87, sin embargo, en el 85 había regresado a la pequeña pantalla protagonizando Del lado del Corazón, una telenovela juvenil escrita por Chely Lima y Alberto Serret, dirigida por María Elena Espinosa, con música de Juan Antonio Leyva, que fue un éxito extraordinario.

“Contaba además con Alexis Valdés, Juan Falcón, Tony Cortés, Thais Valdés, Sulma Núñez, Reina Cueto, Lavinia Castro y Mario Guerra, en su primer papel para la tele. Mario grabó aquella escena sin ensayar apenas, porque hubo que adelantarle la grabación.

“Fue glorioso verlo actuar aquella primera vez ante las cámaras. Por suerte, Mario Guerra no se ha echado a perder. Sigue siendo el mismo de cuando representó al antagónico en las Insumisas. Interviene en casi todas las películas del cine cubano”.

Tony, ¿qué recuerdos guardas de tu papel de Manazas en la serie Su propia Guerra?

“Has tocado un buen punto. En 1992, Abel Ponce EPD, me propone que haga Manazas, en Su propia Guerra, esa extraña maravilla escrita por Nilda Rodríguez que colocó a Albertico Pujols, El Tavo, en la apoteosis de su carrera. El mío fue un personaje pequeño que luego creció por cambios de última hora en el guión. Manazas acompañaba a Suchel (Orlando Fundicheli) en sus fechorías”.

¿Te sirvió de algo ser un mantillero?

“Claro que sí. Mantilla me ayudó a integrar a ese asere de pacotilla. Cierta vez en un taxi, un hombre me preguntó con toda la seriedad del mundo si yo era guapo. Yo no entendí la pregunta. Él se dio cuenta de mi despiste y sonriendo afirmó: 'pareces un asere de los de verdad, no de televisión'. ¡Gracias Mantilla por tu colorida urbanidad!”

Sin dudas eres de los actores que más televisión has realizado en Cuba. ¿Qué hiciste antes de partir a Sudamérica?

“En el 1996, Orlando Cruzata me propone Hecho en casa, un programa para el verano, y le fue tan bien que lo dejaron para septiembre en el horario central de los viernes. Le sugerí a Orlandito hacer una gala y premiar a los mejores videoclips del año, porque a la gente le gusta ver a sus artistas bien vestidos y que reciban premios.

“Él estaba negado a rajatabla. Yo me iba de viaje y recuerdo, que al lado del cine Yara, le supliqué que hiciéramos la dichosa gala de una vez por todas. Y aunque no lo creas, ése fue el nacimiento del muy famoso Lucas, que tuvo muchos contratiempos, ¡para variar! , pero Cruzata es un prócer de nuestros medios y un animal invencible”.

Tres años estuviste en el extranjero en esa ocasión. ¿Qué pasó a tu regreso?

“En marzo de 2009 vuelvo a Cuba y empiezo a trabajar de inmediato. Maité Vera escribió Añorado Encuentro y Virgen Tabares andaba buscando un mulato o un negro que hiciera pareja con Monse Duany; a la propia Monse y a Amarilys Núñez les debo mi primer trabajo en la TVC, luego de tan larga ausencia.

“¡Era un protagónico!, algo que no abunda para los de mi raza en la tele. Esto lo he repetido en todas las esferas del ICRT, incluso en la presidencia, pero aunque reconozco existen las mejores intenciones y se trabaja en ello, hay demasiada orilla para remar.

“¡Ojo!, para nada soy negrero, ni racista o como gusten etiquetarme. Quiero dejar esto muy claro. Mis amigos y mis parejas no los elijo por la tez, son lo que son y punto. La forma, el alma y la belleza no tienen color, por suerte.

“Sin embargo, Cuba es mestiza por definición constitucional. Esa mezcla no aparece en la televisión cubana. Los negros hemos logrado hitos importantes, muy relevantes en la vida e historia de este país, antes y después de 1959, pero no somos reflejados para nada en la televisión cubana, por no hablar del cine.

“Hay muchos que se inventan miles de pretextos, en realidad solapan su racismo, y nadie hace nada, repito, ¡nadie hace nada! No importa que Raúl Castro se haya pronunciado al respecto y de manera tajante. Mira la próxima telenovela y la que le sigue, y la otra y verás que tengo razón. Resulta patético”.

Se acalora mi interlocutor y echo mis recuerdos a volar. Recién mi entrada en la tele, en el año 80, asistí a una asamblea de todo el ICRT y tres grandes actores que después fueron grandes amigos: Alden Knight, Asenneh Rodríguez y Aidita Isalbe hablaron de ese tema que para nada debería ser escabroso.

También recuerdo una novela que impactó, 7 familias, en la cual una sola de ellas la integraban mestizos, Alina Rodríguez y Luis Alberto García hijo, si la mente no me falla; ninguna era negra. Creo que sigue siendo una asignatura pendiente. No por gusto, en una ocasión me dijo Asenneh: “menos mal que existes porque el protagónico negro de la tele lo pones tú con tus documentales”, en referencia a que muchos de nuestros deportistas eran negros. ¡Esas salidas de la gran actriz que te ponían a pensar!

Bien Tony, vamos a dejar el tema pues es cierto que en los últimos tiempos, al menos en el Sistema Informativo hay mayor presencia de periodistas y locutores de la raza negra aunque ¡ojo! Y ahora el ojo lo pongo yo: hay que evaluar calidad no color de piel.

¿Qué me dices de tu paso por la radio porque sé tienes una 'novia eterna' en ese medio?

“Jajaja. Doña Carmen Solar, quien desde los once años me enseñó a actuar en su programa Corresponsal Rapilisto. Fue mi primera maestra de actuación. Ella y Julio Cordero me dieron la posibilidad de aprender un montón en la radio y en la televisión, respectivamente.

“Carmen me enseñó las pausas, las transiciones, la cadencia en el discurso narrativo, los énfasis, cómo se debe colocar la voz, todo, todo lo que un actor debe aprender de su oficio. No tengo cómo agradecerle a la señora Solar. Tiene 93 años y todavía dirige Tu novela de amor en Radio Progreso, el espacio más escuchado de esa emisora, que en un tiempo fue mi casa. Ya no lo es”.

Tony, ¿por qué ya no lo es?

“Sencillamente 'me fueron' por defender a una compañera a la que su jefe maltrataba. Resulta que llegamos a las 8am a grabar y, cosas que pasan, no había grabación, por lo tanto, no cobrábamos. No nos avisaron como era su obligación. Te acorto el cuento: me rescindieron el contrato. La agencia ACTUAR y su director Frías Armenteros me defendieron hasta las últimas consecuencias, pero la decisión fue irrevocable. ¡Sin comentarios!

“Me queda la satisfacción de que en la radio fui una de las voces más importantes de la radionovela en Cuba, y lo digo sin ninguna altivez o arrogancia, nada que ver. Soy muy normalito, bah, con mis neurosis, como todo el mundo, pero nunca me he creído el cuento -pesado para mí- del 'artistaje'.

“Incluso, siento mucha vergüenza de que la gente me reconozca en la calle. Trato de salir del paso con la mejor de mis sonrisas, por eso me gusta tanto Mantilla, porque ando en short, descalzo, sin camisa y nadie me pesca. Una bendición. Y los vecinos se asombran cuando salgo por la tele o me escuchan en la radio. Me gritan: '¡Tony te vi en Mediodía en Tv y no me lo dijiste!' Como si fuera un acontecimiento. ¡Son maravillosos mis vecinos.

“Gracias a Carmen Solar, a Héctor Pérez Ramírez EPD y a Caridad Martínez logré hacer disímiles personajes y en cualquier ámbito. Recuerdo con mucho cariño a Amedeo Modigliani, una novela soberbia para el espacio La gran Aventura de la Humanidad, dirigida por Héctor Pérez Ramírez.

“A aquello le puse alma, corazón y vida. Hubo una escena de mucho desgarramiento emocional que terminé con la cabeza a punto de estallar. Y no me importaba morirme en ese momento. Lo juro. Es difícil encontrar buenos materiales para trabajar y esta novela, sin dudas lo era y mucho. Casualmente, Modigliani es mi pintor favorito. No lo mandé a ningún concurso, donde hubiera podido ser premiado el trabajo. Cuba no es Argentina”.

¿Cómo llega Todo con Tony años después?

“Liuvar Lozada, a quien le debo un montón, santiaguero con un cuchillo en los dientes, a quien le va muy bien en sus andanzas como productor, director creativo, presentador y de cuanto hubiere en esta ciudad de La Habana, me propone hacer Todo con Tony en el 2012.

“Hice el boceto del programa en 45 minutos delante de Liuvar y de Eunice Peña, que por ese entonces fungía como Directora de Cubavisión. La primera emisión de Todo con Tony salió en el verano de ese año.

“Hablamos esa vez de la Bienal de La Habana y la movida cultural que sucede a su alrededor. Fue un piñazo de buen gusto en las tardes dominicales. David Ravelo Rodiles en la fotografía, la iluminación y en la cámara logró un lenguaje visual contemporáneo y de verdadero propósito artístico, Karel AC en la edición le dio al programa un ritmo y una cadencia asombrosas. Hicimos lejos, un producto por encima de la media que duraba dos horas y tanto. Pusimos en la TVC, a personas y a hechos de nuestro país, y de nuestra ciudad, que merecían una voz. Y… ¡ llegaron los problemas!”

¿Qué pasó, pues esas características que apuntaste tenía el programa puedo asegurarte que son ajenas, por desgracia, a muchas propuestas de nuestra tele en la actualidad?

“Tengo muy, muy mal carácter. Soy un profesional en el sentido estricto de la palabra y no permito que gente mediocre e ignorante me diga lo que tengo que hacer. Mi soberbia me jugó una mala pasada. Cancelaron Todo con Tony y no lo dejaron crecer.

“Expresaron que yo hacía un programa 'contrarrevolucionario' porque se parecía a las cosas que se facturaban en Miami, que yo sobornaba a algún que otro dirigente para que el programa saliera al aire pues como yo había regresado recientemente de Argentina tenía dinero. Todavía me enfurece hablar de esto, así que mejor lo dejamos ahí porque la historia es más larga.

“Sí te aseguro que fueron momentos muy pesados, caracterizados por la injusticia hacia mi persona y la mediocridad de los que trataron de incriminarme.

“Zanjadas todas las dudas iniciamos una segunda temporada de Todo con Tony en el 2013, pero ya estaba decretada su defunción televisiva. Lo pusieron en el Canal Educativo a la misma hora que Tanda del Domingo y así feneció.

“Una bronca laboral en el ínterin, por asuntos de contenidos en el programa, y mis gritos a un ejecutivo, que no voy a mencionar porque es un buen tipo después de todo, le pusieron la tapa al famoso pomo. Una pena que la mediocridad se haya hecho cargo de una idea noble y necesaria, además de barata para los estándares de la televisión actual”.

Siempre supe que eras un chico que no se dejaba aplastar; ahora me lo corroboras. ¿Qué más has hecho para la tele?

“El año pasado, y gracias a Bis Music hice para la televisión, y con ayuda de Liuvar Lozada Que la música no falte, proyecto de lujo, donde entrevisté a algunos de los artistas más soñados del catálogo de la disquera: Adalberto Álvarez, Enrique Plá, David Blanco, Manolito Simonet, Aisar Hernández, Telmary, Tete Caturla, Rosa Campos, Adrián Berazaín, Los Muñequitos de Matanzas, Rumbatá, Elito Revé y Samuel Formell, Tony Ávila, etc.”

¿En qué canal salía al aire?

“Por el canal Habana y todavía se trasmite los viernes a las 8 de la noche, con retrasmisión los sábados a las 10:30 pm”.

Hablemos del teatro.

“Dirigí hasta febrero de 2019 La Bernarda, un proyecto teatral, que me permitió en cuatro años estrenar seis puestas, todas con gran aceptación de público. A destacar La Muerte y la Doncella de Ariel Dorfman del año pasado, e Infames, una comedia de mi propia autoría, la que nos permitió ser uno de los grupos más destacados en 2016 por la cantidad de funciones y recaudación”.

Y en medio de todo esto sacas tiempo para escribir.

“Pues sí, en el 2012, publiqué ¿Mantilla? Después de la Palma, mi primera novela que tuvo un sonado éxito. Vi a la gente haciendo cola en las librerías para comprarla, como si fuera pollo por pescado. ¡Inaudito! Hubo una segunda edición en 2014 que ya está agotada. Gracias a Dulce María Sotolongo, mi socia de toda la vida y mi editora.

“Y en julio de 2019, fue lanzada en España Bendita Habana, mi segunda novela, que también fue editada por la Cuba. En la edición española intervino Massiel Rubio Hernández, del sello Guantanamera, una editorial radicada en Sevilla”.

¿De qué va el libro?

“La Habana de dos épocas, confluye en esta novela donde el enigma se abre a partir de una valiosa joya que será subastada en Nueva York. Por una parte, el Obispo de Espada, que combate los males que aquejan a la iglesia más poderosa y corrupta de América Latina en pleno siglo XIX, junto a personajes como el doctor Tomás Romay y el padre Félix Varela. Todos ellos unidos en la lucha contra las ilegalidades en las que se mueven algunos miembros eclesiásticos. Así como su antagonista, el conde O´Donnell, quien representa el espíritu retrógrado de la época e intenta colocar al obispo contra la pared.

“Del otro lado, Lola Alegría, Alejandro, Sandra, Marina y Leonid, cubanos que intentan sobrevivir en una Cuba actual que parece no haber solucionado todos los rezagos que acechan como el racismo, la pobreza, la corrupción y la desigualdad. Lenguaje duro ex profeso, sexo explícito, marginalidad y violencia a ultranza se adueñan de La Habana. Nada es lo que parece, es mucho peor”.

Nunca pensé que mi querido Tony Arroyo tuviera tanto y tanto que decirme. Me sorprendiste mulato. Jajaja. A ver, con tu familia cierra tu mismo este ameno coloquio.

“Vivo solo. La convivencia no está hecha para mí. He amado y me han amado mucho, pero de lejos, todo se ve más bonito y a estas alturas escucharme a mí mismo ya no es tan problemático. Sí, es que hablo solo, sobre todo cuando las cosas fuera de mi cabeza no marchan como deberían ser. Me gusta el silencio.

“Mi hermano Raúl, es ingeniero jefe en la EGREM, mi sobrino Tito, con Mara, su mujer y cinco hijos, más Nicomedes, mi primo de 25 años es la familia que disfruto, junto a Evita, una tía de Guanabacoa, que me recuerda tanto a mi vieja, que a veces me dan ganas de abrazarla para que Bernarda venga del más allá, aunque sea por un segundo, y me sepa vivo y coleando y extrañándola más que nunca”.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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