En el Período Especial los cubanos tuvimos un trovador que le dio la vuelta a la tortilla del desconsuelo y contó, con sencillas palabras, el mejor divertimento que puedes tener en un apagón.
Frank Delgado es un trovador incómodo en las dos orillas, para la Revolución es un contestario y para el exilio de Miami es un tipo raro que decidió a cuenta y riesgo quedarse en la isla.
“Cuando se vaya la luz mi negra”
Esta canción fue compuesta por Frank Delgado en lo más crudo del Período Especial, en la época de los alumbrones. Posteriormente ha sido cantada por varias generaciones que de un modo u otro han estado vinculados a la experiencia del apagón, desde un punto de vista "romántico".
“Cuando se vaya la luz, mi negra,
nos vamos a desnudar
temprano tiene su encanto,
como la gente en el campo.
Lo malo es que sin agua y sin ventilador
acabaremos pegajosos y sudados
como en un maratón.”
Los cubanos desarrollamos en esta etapa tres grandes habilidades como seres vivos: visión nocturna, movimiento sensorial y capacidad de reproducción. En el Período Especial, aunque parezca increíble, se disparó la libido en las parejas.
Los fuegos que se habían consumido en los años 80 persiguiendo pacotilla y en colas para los cupones de la libreta, volvieron a prenderse. No había novela, ni pelota, ni Mesa Redonda, ni el copón ni la vela. Sólo nos quedó el amor y para no comérnoslo, lo multiplicamos.
Practicando mucho en apagón
“Cuando se vaya la luz mi negra”, narra todo lo que ocurrirá cuando llegue el apagón. Es un himno optimista que planta la mejor cara a lo inevitable. Es también una especie de “relájate y coopera” que la vida es una y tenemos que sacarle su lado más bonito.
“Cuando se vaya la luz, mi negra,
mi abuela va a comenzar
a desatar su mal genio,
y a hablarme mal del gobierno.
Y mi abuelo que es ñángara le va a ripostar
que es culpa del imperialismo, de la OPEP
y del mercado mundial.”
Parece un chiste fácil, pero es una canción que recuerda la diversidad de pensamiento político en los miembros de las familias cubanas. Habla de tradiciones, como las reuniones familiares, en este caso junto al fuego, como el hombre de Neanderthal.
“Quiero, quiero, quiero,
bailar con un mechero
háblame de amores,
de amores con faroles.”
Todo cálido apagón cierra con un momento de euforia. Miles de veces lo viví desde la cama, te quedas en silencio y escuchas el murmullo del placer que estalla en un grito bestial: ¡Llegó la corriente!
En el nuevo Período Coyuntural cubano se espera que sigan los apagones. Si fuera así, solo te pido que no te quedes con ganas, recuerda cantar el blues, antes que vuelva la luz.
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