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Lázaro Bruzón: “Me sentí traicionado por personas que me conocen hace años”

El Gran Maestro tunero, en exclusiva para Cibercuba.

 © Lázaro Bruzón/Facebook.
Foto © Lázaro Bruzón/Facebook.

Este artículo es de hace 4 años

A Lázaro Bruzón lo admiré desde que hace unas dos décadas ganó el Campeonato Mundial Juvenil de Ajedrez. Sin embargo, por una u otra causas jamás lo entrevisté mientras él residió en Cuba.

Afortunadamente, las redes sociales existen. De manera que un día vi en su muro de Facebook que le apostaba 500 dólares a una partida de Leinier Domínguez –su eterno rival y coequipero-, y ya no dejé pasar más la ocasión de conversar con uno de los mejores trebejistas que le han nacido a Cuba.

Hace un año te quejaste de “noticias llenas de mentiras” propagadas por la Comisión de Ajedrez de Cuba a partir de que fuiste excluido de la preselección nacional. ¿A qué te referías?

-Las mentiras a que me referí son las que fabricaron en una nota que se publicó para, como se dice en buen cubano, limpiarse ellos y dejarme mal parado a mí, con datos falsos por todas partes. El tema es que yo siempre estuve a favor de que los ajedrecistas que vivían fuera del país se mantuvieran dentro del equipo. Porque una cosa es quedarse en un viaje oficial, siendo parte de una delegación, y otra muy diferente es salir a título personal, justo como yo hice. En resumen, me sentí traicionado por personas que me conocen desde hace muchos años y sabían mi manera de pensar. Yo dejé claro que mis intenciones eran de seguir jugando por la Federación Cubana mediante una relación de respeto, tal como sucede en todas partes del mundo y en todos los deportes. Todo eso lo echaron abajo y tergiversaron lo que estaba pasando.

También dijiste que la nota oficial publicada en los medios de prensa cubanos desprendía “malestar y odio”. ¿Había algo que justificara semejante reacción por parte de la directiva del ajedrez nacional?

-Yo creo que me tocó pagar la rabia e impotencia con otras personas en situaciones parecidas. Es la única explicación que le encontré; que se quería mandar una especie de mensaje. La nota la firmó la Comisión Nacional, pero no creo que allí la redactaran. De todos modos, en ese lugar son igual de responsables por la falta de ética de querer dañar la imagen de alguien que ha representado por tanto tiempo al deporte cubano.

Cerca de la Olimpiada de 2018 alegaste que atravesabas por problemas de salud que te impedirían participar, y poco después tomaste la decisión de permanecer en Estados Unidos. ¿Sientes que en ambos casos tomaste la decisión más favorable para ti?

-La decisión de no ir a la Olimpiada fue estrictamente por problemas de salud, se podía especular y pensar cualquier cosa diferente, pero así fueron los hechos. Los dirigentes del ajedrez sabían que me estuve atendiendo en La Habana por ese padecimiento: son problemas que llevo cargando hace bastante tiempo y de los cuales no estoy recuperado del todo. Pienso que en todo momento la decisión fue la correcta y no me arrepiento de nada. No tengo nada que ocultar ni contar que no sea la verdad.

¿Crees que a corto o mediano plazo Cuba pueda tener un equipo olímpico como el que integraste junto a Leinier en los dos primeros tableros?

-No. En su momento advertí que nos estábamos quedando atrás; es una pena, pues como ajedrecista y cubano eso me duele. Resulta muy difícil competir y mantenerse en la élite si no se dispone de condiciones parecidas a las de los rivales.

Según escribiste, en Estados Unidos tenías el propósito de estudiar en una universidad y “comenzar una nueva etapa de retos y aspiraciones” en lo personal y profesional. ¿Has podido consumarlo?

-Te aseguro que me siento muy bien y optimista. Vine buscando nuevos retos, superarme como persona y seguir mi carrera ajedrecística, y creo que lo he logrado. Estoy en segundo año de la carrera de Finanzas y sigo jugando ajedrez, aunque no como antes pues dispongo de mucho menos tiempo. No obstante, represento a mi universidad en sus eventos y no descarto que cuando termine la carrera vuelva a dedicarle más tiempo al ajedrez. Estoy feliz y haciendo lo que quería al venir acá.

Qué querías decir con “¿hasta cuándo estos dirigentes van a seguir sin darse cuenta de que los verdaderos protagonistas de la película son los atletas y no ellos?”.

-Me basé principalmente en lo que me estaba pasando a mí, pero también me molesta muchísimo cómo lo han hecho a través de los años con muchos deportistas que han entregado su vida al deporte y a su país y luego, por cualquier desliz, los desaparecieron del mapa. Yo me pregunto si en verdad les importa el bien del deporte o si resulta que los atletas solo somos cifras. En Cuba se han acostumbrado a que, pase lo que pase, el perjudicado no conteste. Te pueden pasar por arriba y tú callado... eso es terrible. No lo tolero más. Quizás el mayor pecado que hoy tenemos como nación sea el silencio ante lo injusto y lo mal hecho.

¿A qué razones le atribuyes la interrupción de tus progresos ajedrecísticos? ¿Cuánto de cierto hay en los rumores que aseguran que te apartaste del entrenamiento debido a tu afición por la vida disoluta?

-Es cierto que en momentos clave no le dediqué todo el tiempo requerido al ajedrez. Y no solo eso, también tuve etapas en que me alejé demasiado y deseaba más hacer las cosas propias de la juventud. Mirándolo en retrospectiva, yo nunca tuve esa gran ambición. Me faltó desearlo más. Comencé a jugar muy temprano con la intención de ayudar a mi familia, pues crecí en una situación económica bastante difícil, sin un padre al lado que me ayudara. Participé en varios Mundiales por edades y el juvenil, y en todos tuve una gran actuación. Era uno de los mejores del mundo por entonces. Luego aflojé: se necesita un extra natural pues para ser un profesional del ajedrez hace falta convertirse prácticamente en monje. Es un estilo de vida donde no hay cabida para las distracciones. Sinceramente, yo admiro a quienes pueden hacerlo por tantos años. Ese no fue mi caso.

¿Qué lugar ocupa el ajedrez en el presente de Lázaro Bruzón? ¿No sueñas con regresar alguna vez?

-Soy feliz con todo lo que logré y pienso que aún me falta mucho por dar. El ajedrez es mi pasión y siempre estaré en él, compitiendo o enseñando. Digamos que en estos momentos estoy en una especie de Stop. Pero todos los días estudio ajedrez el tiempo que me queda disponible; no veo mi vida lejos de eso. Igual, también disfruto aprender sobre Finanzas. No hay nada de qué arrepentirse. Mi mayor logro y orgullo no es mi carrera en el ajedrez, sino mi relación con mi familia y mis amigos y la persona en que me he convertido. Con defectos y virtudes, pero con sólidos principios.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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