Una veintena de centros educacionales de la ciudad de Santa Clara se han visto obligadas a cerrar sus aulas en horario vespertino debido a la crítica escasez de combustible, una situación que ha determinado la paralización de los trabajos en la “cocina centralizada”, un centro de elaboración de alimentos que garantiza la alimentación de miles de estudiantes y también docentes del territorio.
“La decisión colegiada con el consejo energético provincial y las autoridades del gobierno es que, en el caso particular de Santa Clara, en las 20 instituciones que reciben el servicio de almuerzo, se ofrecerá una sola sesión docente, quedando limitado el horario de clases hasta las 12 del mediodía porque obviamente no están las condiciones creadas para brindar el almuerzo y por tanto mantener las actividades del horario vespertino”, indicó por el noticiero Patria de la emisora santaclareña CMHW, Liem O’Farril, director provincial de educación.
Entre esas instituciones docentes figuran 3 escuelas especiales, una escuela de oficio y 16 escuelas seminternas, esta última, una modalidad donde estudian fundamentalmente hijos de padres trabajadores, y donde, por lo tanto, resulta indispensable la asignación de un almuerzo.
Los directivos de educación en el territorio explicaron que las decisiones para los días siguientes se informarán al inicio de cada jornada, pero reiteró que ahora mismo no se dispone de diésel para asegurar la alimentación de los estudiantes, de modo que la situación podría prolongarse durante el resto de la semana.
“Decirle a la población que esté al tanto de todo lo que se informe en las próximas horas cuando se decida como se va a organizar el proceso docente en estas 20 escuelas del territorio”, precisó O’Farril.
La información se da a conocer luego de que las autoridades del gobierno provincial admitieran que este miércoles se viviera el día más tenso en cuanto a la disponibilidad de diésel, debido a la interrupción en los arribos de ese tipo de combustible al territorio.
La reincorporación el lunes de los estudiantes universitarios y de algunos centros internos luego de 15 días de interrupción de actividades supuso un gasto excesivo para las reservas del territorio.
Ahora mismo los servicentros (gasolineras) no venden diésel a los transportistas privados, que ya no tienen autorización para llenar sus tanques sin la debida autorización de los gobiernos locales, desde donde se privilegia solamente a aquellos vehículos que vayan a “prestar un servicio vital a la población”.
También la reapertura de la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas (UCLV) ha implicado la agudización de las tensiones ya existentes en cuanto a la transportación de pasajeros en la ciudad de Santa Clara. Como quiera que el mayor centro docente de la provincia se ubica en las afueras de la ciudad se ha debido priorizar la ruta 3 (ruta universitaria), restando vehículos y combustible al resto de los itinerarios urbanos.
La prioridad de que hoy goza la UCLV consiste en la disponibilidad de un tren universitario y solo tres guaguas, que circulan en horarios establecidos. Algo a todas luces insuficiente debido a los cientos de estudiantes que deben moverse hasta la casa de altos estudios para recibir sus clases.
La ciudad de Santa Clara, una de las más grandes del país con una población que supera los 220 mil habitantes, solo dispone de 20 ómnibus para asegurar la transportación urbana de pasajeros, la cuarta parte de los que prestaban sus servicios en la ciudad antes de que se iniciara la actual coyuntura.
Ambos sectores, educación y transporte han sido los que mayores dificultades han experimentado en la provincia de Villa Clara, de conjunto con la recogida y tratamiento de desechos sólidos, desde que el 11 de septiembre pasado el presidente cubano Miguel Díaz Canel comunicara en comparecencia televisiva el inicio de una “coyuntura energética” en el país.
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