Pasaron seis años para que Ignacio Estrada, experiodista independiente, activista LGBTI y vicario de la Iglesia Luterana en Miami, regresara a Cuba y abrazara a los suyos.
Junto a su esposa, la mujer transexual Wendy Iriepa, aparece en un grupo de fotos en las que abraza a los familiares que dejó atrás cuando se despidió de su tierra y seres queridos.
“Damos gracias a Dios por este reencuentro. Momentos de risas y también de lágrimas”, escribió en su perfil de Facebook, justo antes de describir la experiencia de volver a pasar por el aeropuerto que hace más de un lustro les decía adiós.
“Al arribar al aeropuerto los compañeritos de camisas Yumurí y pullover de rayas estuvieron a cargo del recibimiento, dejándonos saber que habíamos llegado a Tierra de Nadie y advirtiéndonos que solo estábamos de visita familiar”, menciona.
Desde CiberCuba le contactamos para conocer más detalles del momento en que arribaron a al país. Nos cuenta Estrada que fueron retenidos "por dos oficiales de la seguridad", que lo llevaron a él y a su esposa a cuartos separados.
Una vez allí, nos dice, les advirtieron "de nuestro viaje a la isla y dejándonos saber bien claro que nuestra visita era solamente familiar y que dependiendo nuestro comportamiento podríamos regresar a la isla en algún otro momento".
Se lamenta también de que el tiempo dedicado a la visita haya sido tan poco. No le alcanzó para saludar o reencontrarse con todas las personas que quería “pero en medio de toda la coyuntura pudimos disfrutar de nuestra familia. No tuvimos paseos, pero estuvimos llenos del amor a los nuestros”.
Al preguntarle por qué nos comentó que "en algunas ocasiones, cuando salimos, sentimos algo de acoso o vigilancia". Aclara que no fue siempre "por eso nos limitamos solamente a ver nuestra familia a reencontrarnos con ellos".
Para concluir aseguró que "el cuartico está igualito", refiriéndose a la situación que hoy vive el país con todas las carencias y necesidades que impera en el panorama sociopolítico y económico de la isla.
Ignacio Estrada fue noticia en el 2011 cuando contrajo matrimonio con la mujer transexual Wendy Iriepa, convirtiéndose así en la “primera boda gay de Cuba”.
Desde los Estados Unidos ha tenido un rol activo en pro de los derechos de las personas LGBTI+ que se encuentran dentro del país. Ha hecho diferentes comentarios en las redes sociales a favor del matrimonio igualitario y en contra de las campañas promovidas desde la iglesia cubana que pretenden impedir este reclamo.
También fue de los que estuvo acuerdo que la Iglesia Episcopal en EE. UU., en el 2018, decidiera readmitir a Cuba como Diócesis. "Aunque la iglesia en Cuba siempre va a estar atada a la parte gubernamental, por lo menos le da autoridad reconocida a la iglesia", aseguró en ese momento.
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