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El cumpleaños 80 de Fausto Canel, cineasta cubano en el exilio

Durante mucho tiempo, Fausto Canel fue borrado de las historias del cine cubano, ahora su nombre y aportes han sido recuperados

Fausto Canel © Facebook / Fausto Canel
Fausto Canel Foto © Facebook / Fausto Canel

Este artículo es de hace 4 años

El interés de Fausto Canel (nacido en 1939) se incentivó mediante los cursos de Apreciación Cinematográfica del profesor José Manuel Valdés Rodríguez, en la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana, en los años cuarenta.

En los años cincuenta Canel se inclinó por la crítica, que llegó a ejercer en varias publicaciones, y llegó al ICAIC en tiempos de fundación. De 1959 a 1967 trabaja como asistente de dirección (Sexto Aniversario, Las doce sillas) y muy rápido comienza a dirigir documentales: Carnaval, en 1960; Hemingway en 1962 (primer Premio ex aequo en el Festival Internacional de Cine Latinoamericano, Sestri Levante, Italia).

Incursiona en la ficción con el mediometraje El final, tercer episodio del largometraje de 1965 Un poco más de azul, integrado además por los cortos El encuentro, de Manuel Octavio Gómez, y Elena, de Fernando Villaverde. Muy poco exhibido, en su momento y posteriormente, Un poco más de azul incursionaba en un tema bastante insólito en el contexto cubano de aquellos años: el amor y las relaciones de pareja.

El mismo año se estrena el primer largometraje de ficción de Canel, titulado Desarraigo, y que también abordaba las relaciones de pareja, y la inadaptación de un individuo, en medio de las tensiones e ingentes transformaciones generadas por el desarrollo de la Revolución.

El Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de San Sebastián a Desarraigo, probablemente influyó en que realizara de inmediato otro largometraje de ficción, Papeles son papeles, esta vez en las claves del cine policíaco y protagonizado por Reinaldo Miravalles y Sergio Corrieri.

Fausto Canel fue uno de los directores que se radicó en el extranjero a finales de los años sesenta, al igual que lo hicieron, más o menos por esa época, Alberto Roldán (La ausencia), Roberto Fandiño (El bautizo), Eduardo Manet (Tránsito, Un día en el solar, El huésped) y Fernando Villaverde (corto “Elena” en Un poco más de azul) luego de algunos aportes de consideración al cine cubano.

En la compleja coyuntura nacional e internacional que representó el año 1968, Fausto Canel se instala en París, donde luego dirigió documentales para la televisión francesa, como Patchwork, en 1969 y Journal de Madrid, en 1973. El mediometraje Transcontinental a la dérive, en 1975, marcó su regreso al cine de ficción.

En España, donde residió diez años, dirigió el corto Espera, que representó a este país en el Festival de Valladolid, y que protagonizaban los argentinos Héctor Alterio y Cipe Lincovski. Su largometraje Power Game, una coproducción hispano-británica de 1982 estuvo protagonizado por Jon Finch y Lautaro Murúa.

En Estados Unidos, donde residió posteriormente, realizó Campo minado, un documental sobre el regreso de la democracia a los países del cono sur de Latinoamérica.

En 1991, publicó Ni tiempo para pedir auxilio, una novela autobiográfica. Luego, trabajó para radio y televisión Martí. Más tarde, publicó el libro de testimonio Sin pedir permiso.Cuba, el cine y una época, en tiempos difíciles

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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