Casi 300 agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) de España y de los Mossos d’Esquadra (policía de la comunidad autónoma de Cataluña) resultaron heridos esta semana en los enfrentamientos con los manifestantes independentistas.
Aunque este sábado el nivel de violencia descendió, las últimas protestas terminaron con la detención de 13 personas y lesiones a cuatro agentes.
Dos de los oficiales heridos presentan un pronóstico grave.
Un tercero se encuentra en la unidad de cuidados intensivos (UCI) en estado muy grave debido a un traumatismo craneoencefálico: una fractura en la base del cráneo que le afecta dos vértebras y le ocasionó además un pulmón encharcado.
El agente fue agredido el viernes por la noche con un rodamiento metálico lanzado por un tirapiedras modificado que le atravesó el casco. Perdió el conocimiento inmediatamente y sufrió una fuerte hemorragia en un oído. Tuvo que ser rescatado por sus compañeros en medio de una lluvia de objetos.
Además de los múltiples lesionados, se reportan daños en 264 autos de la autoridad y 660 incendios de barricadas en la ciudad de Barcelona.
Los sindicatos policiales denuncian que el gobierno de Pedro Sánchez no ha enviado a Cataluña suficientes efectivos de apoyo y que tampoco les permite a los agentes desplegados emplear todos los medios antidisturbios, incluido su tanque de agua.
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Unión Federal de Policía (UFP) criticaron la gestión del Ministerio de Interior, que ha dejado “abandonados a su suerte” a miles de policías.
Las protestas de esta semana comenzaron tras conocerse el fallo judicial que impuso sentencias de cárcel de entre 9 y 13 años para los políticos catalanes que convocaron un referendum inconstitucional, en octubre de 2017, para votar la independencia de Cataluña.
Esta semana los manifestantes, en su mayoría jóvenes, cortaron el tráfico por carreteras, quemaron contenedores de basura y vehículos parqueados, destruyeron vidrieras de comercios y ocuparon infraestructuras estratégicas, como el aeropuerto de Barcelona, donde tuvieron que suspenderse varios vuelos.
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