Cubano asesinado en Uruguay tenía 35 años y era padre de dos niños

Yons Corrales Contreras, el joven cubano que murió el pasado 2 de diciembre en la ciudad de Montevideo, Uruguay, víctima de un disparo, era natural de Santiago de Cuba y tenía 35 años de edad y 2 hijos.

Un reportaje de Cubanet precisa que, en junio de 2018, Corrales decidió separarse de su esposa, embarazada entonces de su segundo hijo, en Paraguay porque los recursos que poseían no alcanzaban para sustentar el recorrido de todos hasta EEUU.

Su mujer gestante y su hijo mayor, de 11 años, tratarían de llegar a Norteamérica, mientras él emprendería viaje hacia Uruguay.

Corrales esperaría allí a que su familia se estableciera en territorio estadounidense, para después ayudarlo en la travesía que lo reuniría con ellos. En la capital del país austral, Yons trabajaba como repartidor de comida.

Tras 7 meses aproximadamente de estancia en Montevideo, fue asesinado en el Barrio Palermo. Con anterioridad, otros medios especificaron que los hechos se produjeron en las inmediaciones de las calles Durazno y Javier Barrios Amorín.

Vecinos de la zona indicaron a las autoridades haber escuchado disparos pero, al asomarse en busca de la procedencia de los mismos, solo encontraron a un hombre herido gravemente.

Su cadáver fue velado en una funeraria de la ciudad uruguaya por otros migrantes cubanos que lo habían conocido y que describieron a un hombre jovial, de buen carácter.

A unos días del asesinato, la policía de Uruguay comunicó la detención del presunto homicida, que debe responder ante los tribunales por el asesinato y por tenencia de armas.

En la actualidad, la nación suramericana es uno de los destinos de mayor afluencia de personas provenientes de la Isla que buscan un lugar donde intentar prosperar. Sobre todo, después del fin de la política de Pies Secos Pies Mojados que facilitaba un estatus regular en EE.UU una vez que pisaran suelo norteamericano por cualquiera de sus fronteras.

Hoy los cubanos deben encarar dificultosos procesos para la obtención del asilo político bajo las nuevas regulaciones de Donald Trump. En cambio, Uruguay muestra una apertura a la recepción de migrantes, por lo cual las solicitudes de refugio de los antillanos se han incrementado allí durante el últimos lustro.