Yairis Urbino Álvarez, enfermera cubana que reside en un edificio en peligro de derrumbe en Centro Habana, pide ayuda porque tiene un bebé que se enferma constantemente por la carencia de un lugar con un mínimo de condiciones de salubridad.
En declaraciones a Cubanet, la joven explicó que ha pedido ayuda a todas las instancias del Estado con el fin de resolver su situación de vivienda, pero enfatiza que no ha conseguido apoyo alguno.
El niño de Urbino Álvarez es alérgico, sufre de un soplo en el corazón y es asmático crónico, y la madre del pequeño insiste en que, de continuar residiendo en un edificio afectado por derrumbes parciales e invadido por chinchas y garrapatas, empeorará su salud.
“He ido a todos lados para que me ayuden, porque además de que esto en cualquier momento se cae, la pediatra que atiende a mi niño me dijo que mientras estuviera viviendo aquí, en este derrumbe, su condición de salud no va a mejorar. Pero a ninguno de los funcionarios les ha interesado, lo único que saben decir es que no tienen dónde meterme, pero siguen haciendo Hoteles para los turistas, para ellos si hay de todo”, declaró al citado medio.
La enfermera cuenta que siempre que pide ayuda envían a un técnico al inmueble a hacer un nuevo dictamen, y que la respuesta es la misma, que no pueden apoyarla.
Yairis Urbino dice que si ella tuviera dinero para ofrecer, seguramente aparecería un lugar para ella. Pide tan solo un local que pueda reacomodar como vivienda.
La joven trabaja como enfermera en la unidad de Terapia Intensiva del Hospital “Miguel Cabrera”, y reside en Virtudes número 114, entre Industria y Consulado, en Centro Habana.
La situación de Yairis Urbino se suma al testimonio de muchas familias que en La Habana afrontan un delicada situación en sus viviendas. El país enfrentaba a inicios de 2019 un déficit habitacional de 929.625 viviendas, que las autoridades han dicho que esperan resolver en una década.
A comienzos de septiembre, en un encuentro que tuvo por escenario la provincia de Pinar del Río, Miguel Díaz-Canel se refirió al tema de la vivienda como “el principal problema social acumulado que enfrenta Cuba hoy”, según reseñó entonces Granma.
La prensa oficialista reconoció en septiembre de este año el incumplimiento del plan de construcción de viviendas por el desabastecimiento de alambrón, cemento y acero.
A mediados de diciembre, el Ministerio de la Construcción (MICONS) dio a conocer que la mayor cantidad de viviendas terminadas en 2019 fue por esfuerzo propio.
De las 43.700 construidas, 16.497 fueron realizadas por esfuerzo propio hasta diciembre de 2019, según detalló Vivian Rodríguez Salazar, directora general de la Vivienda del MICONS en la Asamblea Nacional de Cuba. Estas representan en torno al 37%.
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