La Orden José Martí, la más alta distinción que otorga el Gobierno cubano a personalidades del panorama nacional e internacional, ha sido otorgada desde 1972 a presidentes, intelectuales, teólogos y de diferentes ramas de la política y la sociedad, algunas de ellas calificadas de dictadores y otros vinculados a polémicos escándalos.
Alicia Alonso, Roberto Fernández Retamar, Fina García Marruz, Alfredo Guevara, Nicolás Guillén, Armando Hart y Cintio Vitier, son los naturales de la isla que recibieron en vida el reconocimiento comunista, mientras que el listado se engrosa con nombres como Kim Il Sung y Robert Mugabe (1986), dictadores de Corea del Norte y Zimbaue, Jacob Zuma (2010) político sudafricano acusado por corrupción, abuso sexual y relación con el crimen organizado o Tomislav Nikolic (2015) expresidente serbio, famoso por negar el genocidio de Srebrenica.
La distinción con el nombre del Héroe Nacional de la República de Cuba ha sido impuesta a Hugo Chávez (1999), Nicolás Maduro (2016), Evo Morales (2016) y Daniel Ortega.
Sobre los dos primeros nombres pesa la responsabilidad de llevar a Venezuela al abismo económico, con una hiperinflación catalogada como la peor en la historia de todo el continente. A Morales la permanencia en el poder y unas cuestionables elecciones presidenciales le llevaron a renunciar a la presidencia y salir del país, debido al descontento popular, mientras que Daniel Ortega ha sido otro de los pilares del totalitarismo en el continente latinoamericano, con escándalos sexuales alrededor de su figura y acusado de tirano por silenciar las manifestaciones sociales que desde la oposición se generaron en su contra.
En la lista de condecorados resaltan también nombres como el de Indira Gandhi, que ocupó en la Inda diferentes puestos hasta llegar a ser primera ministra de ese país. En 1975 un tribunal declaró ilegal su elección por motivos de fraude electoral.
En el 2011 el Gobierno de la Habana condecoró al expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich, expulsado por su partido y actualmente buscado en su país por alta traición y ser el responsable directo del asesinato masivo de ciudadanos pacíficos que protestaron en contra de su gestión. Se encuentra asilado en Rusia desde el 2014, año en el que Cuba otorgó una vez más la tan distinguida medalla.
Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, fue condecorado por el Gobierno comunista caribeño. Su mandato al frente del antiguo Estado comunista soviético, en el cual se formó antes de su desintegración, ha sido criticado por los medios de prensa occidentales, acusándolo de supuestos recortes de las libertades democráticas, con medidas políticas como la designación a dedo de los Gobernadores Provinciales, así como la cantidad de periodistas muertos durante su gobierno, muchos de los cuales investigaban supuestas violaciones de derechos humanos en Chechenia o actos de corrupción estatal.
El tema de la Orden José Martí lo abordó a través de Twitter el usuario Roberto Garcés Marrrero, quien realizó un análisis similar y aseguró que tener esta distinción, para él, sería una vergüenza. "¿Quién ha pisoteado más el nombre de Martí que el gobierno actual?", se pregunta.
El comentario surge tras los debates generados en las redes sociales por la publicación de un grupo de fotos en las que aparecen bustos de José Martí vandalizados, una acción que se adjudicó el grupo opositor Clandestinos, que según sus declaraciones porque el Gobierno comunista ha usado el nombre del Apóstol para el oprobio, contra el pueblo y para el abuso.
Algunos se han manifestado su apoyo a la acción contestararia contra las figuras de yeso o plástico, mientras que otros ven una falta de respeto a la imagen de Martí, así como de su legado. En un país altamente politizado, donde el tiempo se encargó de convertir en un dios la imagen del Héroe Nacional, se polarizan los criterios sobre el tratamiento que se le pueda dar a su figura o nombre.
Similar revuelo existió cuando el activista LGBTI+ chileno, Víctor Hugo Robles (El Che de los gays), compartió en Facebook una foto suya en la que aparece maquillando de rojo los labios de un busto de José Martí, que tiene además en el cuello una bufanda con los colores de la bandera gay.
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