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¿Pueden los tabacos africanos competir con los cubanos?

Tabacaleros africanos buscan desbancar a los tabacos de lujos hechos en Cuba.

Puros Bongani y Habanos cubanos. (imagen de referencia) © Collage
Puros Bongani y Habanos cubanos. (imagen de referencia) Foto © Collage

Este artículo es de hace 4 años

JOHANNESBURGO, 17 ene (Reuters) - Mientras estaba bebiendo en un club nocturno de Mozambique en 2015, Kamal Moukheiber tuvo una idea: un puro de lujo que no fuera fabricado en Cuba, sino en el sur de África.

El exbanquero libanés observó a una persona fumar lo que parecía un cigarro importado y pensó: "¿Qué tiene de malo que África produzca puros?"

"África ha estado cultivando tabaco durante 100 años", dijo a Reuters Moukheiber, de 50 años. Tenemos la tierra, tenemos el agua, tenemos la técnica. Entonces, ¿qué falta?".

La compañía Puros Bongani, que significa "estar agradecido" en zulú, fue concebida como un pequeño y divertido proyecto. Ahora produce cerca de 10.000 cigarros al mes, un número pequeño comparado con los grandes productores. Vende en Sudáfrica, Kenia y Mozambique, donde se cultiva parte del tabaco.

Moukheiber dijo que Bongani se lanzaría en Nigeria este año y, espera, en el Reino Unido, y pretende ser el cigarro elegido por los profesionales africanos que quieran hacer alarde de su riqueza o éxito.

"Un cigarro es... como el champán, como algunos vinos. Se trata del mensaje", dijo. "Fumando un Bongani estás comunicando... tu identidad africana".

El exbanquero viajó a la República Dominicana para reclutar a un jefe de producción, Anthony Padilla Pérez, y trasladarlo a Maputo, donde ayudó a formar la plantilla en el preciso arte de torcer el tabaco a mano. Bongani ahora emplea cinco torcedores.

Convertirse en un nombre familiar no será fácil: Moukheiber admite que los mercados de lujo son difíciles de penetrar, y Bongani, que vendió su primer cigarro en 2016, no puede presumir de tener un tabaco de 30 años como algunos rivales.

El precio de sus cigarros es alrededor de un 10% menos que el del cubano equivalente, y su producto estándar se vende por unos 13 dólares. Moukheiber dijo que atrae a los clientes que buscan un "terroir" africano -el término francés que denota el sabor conferido al vino por el entorno en el que se produce-.

"Cuando recibí mi primer... gran pedido de un distribuidor de Sudáfrica, casi me eché a llorar", recuerda Moukheiber. "Nunca había producido nada en mi vida que alguien quisiera comprar".

(Editado por Tim Cocks y Giles Elgood; traducido por Michael Susin en la redacción de Gdansk)

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