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Putin confiesa que tiene un catador que prueba sus alimentos antes que él

Putin lleva la sal, la pimienta y hasta su propia servilleta a cualquier evento internacional al que asiste.

Putin con el presidente Xi Jinping en una visita a China © Captura de video de youtube
Putin con el presidente Xi Jinping en una visita a China Foto © Captura de video de youtube

Este artículo es de hace 4 años

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconoció que tiene una persona contratada exclusivamente para probar todos los alimentos que consume.

En una entrevista concedida a la agencia oficial TASS, el líder explicó que sus comidas son elaboradas y probadas no por un chef, sino por un miembro del Servicio Federal de Protección (FSO, por sus siglas en ruso) para asegurarse de que no tienen veneno.

Además, los ayudantes de cocinas y las personas de su entorno son supervisados por el servicio de seguridad.

Putin lleva la sal, la pimienta y hasta su propia servilleta a cualquier evento al que asiste, unas medidas que han llegado a molestar a otros líderes mundiales.

Según el periódico español El Mundo, durante una cumbre del G-20 en 2019 fue fotografiado mientras bebía de un vaso isotérmico blanco, un recipiente que lo acompaña desde hace años, también dentro de Rusia. Mientras, los demás presidentes utilizaban las habituales copas.

Esa taza, que tiene el emblema de la Federación Rusa, es la que suele usar cada año durante la emisión del programa de televisión Línea directa, en el que habla varias horas.

El no es el primer dirigente que emplea a un catador. Lo hicieron también el dictador rumano Nicolai Ceaucescu y el iraquí Sadam Husein. El actual presidente norteamericano no tiene como tal ninguno, aunque cuando viaja al extranjero previamente le envían su comida desde la Casa Blanca, y una vez en ese país solo un camarero autorizado puede servírsela.

Sin embargo, algo a lo que nunca ha accedido Vladimir Putin, pese a la insistencia de sus colaboradores, es a tener un doble, alguien que se le parezca físicamente y que lo sustituya en actividades o lugares peligrosos.

La propuesta viene dando vueltas desde principios de 2000, debido a que el líder ruso es amigo de saltarse el protocolo cuando visita rincones remotos del país.

“Fue una idea que se puso encima de la mesa, pero rechacé usar dobles. Fue durante los peores años de la lucha contra el terrorismo”, declaró.

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