El Papa Francisco anunció este domingo que no participará en los ejercicios espirituales del tiempo de Cuaresma, debido al resfriado que sufre desde hace días y que lo obligó a cancelar sus audiencias grupales.
Francisco, de 83 años, confirmó su estado de salud durante la oración del Ángelus, cuando la tos le impidió seguir hablando en dos oportunidades.
“Lamentablemente el resfrío me obliga a no participar este año. Seguiré desde aquí las meditaciones”, dijo el Pontífice en su primera aparición pública desde el pasado miércoles.
Ese día ya se había mostrado un poco resfriado, tosiendo y estornudando, al celebrar la misa para la imposición de las cenizas, que da inicio al periodo de la Cuaresma.
A la mañana siguiente el vocero papal Matteo Bruni informó que el Papa tenía gripe, motivo por el cual había decidido cancelar un encuentro planificado con el clero de Roma.
A partir del jueves y hasta el sábado, Francisco optó por oficiar solo las misas matutinas y acudir a las audiencias individuales previstas en su residencia de Casa Santa Marta, suspendiendo así sus otras actividades.
Esta es la primera vez que el Sumo Sacerdote falta a sus deberes debido a problemas de salud, desde que asumió el pontificado en 2013. Mario Bergoglio tuvo una infección respiratoria a los 21 años que llevó a los médicos a extirparle una porción de un pulmón.
Según el reporte de EFE, tras rezar el Ángelus este domingo, lamentó que haya tantas guerras que obligan a “hombres y niños” a abandonar sus hogares, y a “migrantes a pedir refugio y ayuda en el mundo”.
Por la tarde, debía partir junto a unos 50 colaboradores de la Curia Romana hacia Ariccia, a unos 30 kilómetros de la capital italiana, para su semana de ejercicios espirituales, en los que finalmente no participará.
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