Francia sufrió 112 muertes por el coronavirus, lo que eleva la cifra total de fallecidos a 562, informó el Ministerio de Sanidad en un comunicado.
Según los últimos datos aportados por el organismo, hasta este sábado se reportan 14.459 casos confirmados en el país galo, lo cual lo sitúa entre los más afectados de Europa y del mundo.
“Estamos evolucionando rápidamente hacia una epidemia generalizada en el territorio”, subrayó la Dirección General de Salud (DGS).
En las últimas 24 horas se incrementó también el número de enfermos hospitalizados por el COVID-19, concretamente en 946 casos.
Ello da como resultado un aumento del número total de pacientes ingresados por coronavirus, que llegó ya a los 6.172, de los cuales la mitad son personas que no llegan a los 60 años.
De los casos que se encuentran internos en centros médicos, 1.525 presentan una condición severa.
Según la DGS, “se realizan más de 4.000 pruebas cada día”. Desde que se inició la epidemia “ya se han realizado más de 60.000 pruebas”.
La entidad llamó a “respetar estrictamente las consignas de confinamiento” impuestas el martes pasado, así como otras medidas recomendadas, como el lavado de manos y el distanciamiento social.
Pese a ello, Olivier Véran, ministro de Sanidad, recalcó que “la situación seguirá agravándose antes de que el confinamiento haga efecto”.
Según la agencia EFE, Francia dispone actualmente de una reserva de 86 millones de mascarillas y estima que se usan 24 millones a la semana.
El país tiene condiciones para fabricar otras seis millones semanalmente, una cantidad que llegará a los ocho millones a partir de abril.
El pasado 26 de febrero el gobierno francés confirmó la primera muerte por coronavirus de una persona residente en el país, tras haber sido ingresado en estado muy grave. Se trataba de un hombre francés de 60 años que falleció en el hospital Pitie-Salpêtrière de París, donde fue diagnosticado.
Francia reportó el 24 de enero sus dos primeros casos confirmados del coronavirus: uno en París y otro en Burdeos. Esos fueron los dos primeros positivos reportados en Europa.
El paciente de Burdeos, un hombre de origen chino, había viajado a China y estado en la ciudad de Wuhan, donde surgió el brote.
El infectado hospitalizado en París también viajó a China, pero se desconocía entonces si visitó Wuhan.
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