La primera muerte por coronavirus en EEUU fue mucho antes de lo informado

Al menos dos muertes asociadas a la COVID-19 fueron reconocidas en el condado de Santa Clara, en California, antes de que se reportara oficialmente el primer deceso a causa de la pandemia en el país, documentada el 29 de febrero en Kirkland, Washington.

Las autoridades médicas forenses habían realizado autopsias a dos personas que murieron en sus casas el 6 de febrero de 2020 y el 17 de febrero de 2020, respectivamente. Se enviaron sendas muestras de ambos a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Este miércoles se confirmó finalmente que las muestras de tejido de ambos casos son positivas para SARS-CoV-2 (el virus que causa la enfermedad de la COVID-19). Aparte de estos, las autoridades indicaron que otra muerte se produjo en el condado el 6 de marzo producto del contagio, antes del primer fallecimiento informado oficialmente en el territorio.

Las tres personas relacionadas murieron en el hogar durante un tiempo en que las pruebas estaban muy limitadas, solo disponibles a través de los CDC, explica el sitio oficial de Salud Pública del condado de Santa Clara.

Los criterios establecidos por los CDC en ese momento restringieron las pruebas únicamente a personas con un historial de viajes conocido y que buscaron atención médica para síntomas específicos.

Dados estos resultados, las autoridades sanitarias locales prevén que más fallecimientos allí puedan guardar relación con la enfermedad.

La información llega después de que el gobernador de California, Gavin Newsom, prometiera una “profunda” sesión informativa el miércoles sobre la capacidad del estado de hacer pruebas e identificar y aislar a personas infectadas.

“Obviamente esto llegará a las preguntas y cuestiones obvias que todos nos hacemos: ¿Cuándo? (...) ¿Cuándo verán algo de alivio para que podamos dejar salir un poco de esta presión?”, dijo Newsom el martes, según la agencia AP.

Hasta este miércoles, EE.UU. acumula más de 820.000 contagios y casi 46.000 fallecidos por coronavirus en todo el país, indican los datos actualizados de la Universidad Johns Hopkins. La situación más grave la presenta el estado de Nueva York, donde la ciudad suma la infausta cifra de 14.887 fallecidos. Con tales cifras, la nación norteamericana es, por un amplio margen, la más afectada por el coronavirus en el mundo.

A escala global, el rastro mortal del brote originado en la ciudad china de Wuhan representa más de 181.200 personas que han perdido la vida, mientras que los contagiados ya ascienden a más de 2.600.000.

Después de EE.UU., los mayores números en cuanto a casos confirmados corresponden a España, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido, en ese orden. Todos sobrepasan las 100.000 personas infectadas. Sin embargo, Alemania reporta una mortalidad significativamente más baja que el resto en proporción al número de contagios, con una suma de 5.165 decesos.

La pandemia ha provocado que más de 22 millones de personas en Estados Unidos solicitaran beneficios de desempleo en las últimas cuatro semanas debido a las restricciones y las medidas paralizantes que han sido adoptadas para contener el brote.

Varios negocios han cerrado y las operaciones se han visto reducidas a lo largo y ancho del territorio norteamericano, lo que ha provocado que grupos conservadores presionen a Washington para levantar medidas y acelerar una vuelta a la normalidad aun en medio de la crisis sanitaria.

En respuesta, el presidente Donald Trump planteó el jueves las nuevas regulaciones para reactivar la economía de Estados Unidos en tres fases de normalización que entrarían en vigor gradualmente a partir del 1 de mayo en los 50 estados de la nación.

“Estamos abriendo nuestro país y tenemos que hacerlo. Estados Unidos quiere estar abierto. Un cierre nacional no es una solución sostenible a largo plazo”, dijo Trump en una anterior sesión informativa de la Casa Blanca sobre la situación del coronavirus.

Más recientemente, el mandatario anunció otras medidas relacionadas con la crisis sanitaria actual, que involucraban una orden ejecutiva para suspender temporalmente la inmigración hacia Estados Unidos, la cual se aplicará solo a las personas que buscan tarjetas de residencia por un periodo de 60 días.