Un niño de cuatro años de Florida se encuentra en estado de muerte cerebral por golpes que le dieron su madre y su padrastro, informó la policía de Broward.
Shaquita Monique Brockington y Stephon Alexander Beaver, residentes en Margate, una ciudad del referido condado, fueron arrestados esta semana luego de que los especialistas del Hospital General de Broward denunciaran la presencia de múltiples lesiones en el cuerpo del pequeño, que yace sin respuestas neurológicas.
Según la información de Local 10, el menor ingresó en la institución el pasado miércoles 15 de julio, luego de que la policía recibiera una llamada de emergencia al 911 en la que se pedía ayuda para socorrer a un niño de cuatro años con heridas.
La madre dijo entonces a los agentes que su hijo se había caído de un árbol y cayó sobre su propia cabeza.
Pero el personal médico no encontró ninguna lesión externa en la cabeza del chico, aunque sí descubrieron que tenía una hemorragia cerebral interna.
Además, informaron de otras marcas y lesiones “en varias etapas del proceso de curación” en su pecho, garganta, brazos, piernas y espalda.
Los galenos detallaron las lesiones descubiertas (marcas en la garganta, otras de mordida, cicatrices en forma de bucle y pequeñas quemaduras circulares), lo cual indica que las heridas fueron continuas y ocurrieron durante un tiempo prolongado.
El director médico de la institución, Jason Schulman, explicó que, según la evidencia, era muy improbable, si no imposible, que los múltiples tipos de trauma fueran resultado de una caída.
Cuando los detectives de Margate revisaron el Apple iPhone 7 plus de Monique Brockington, encontró un mensaje de texto de su marido el día del supuesto accidente, en el que le decía: “Bae, relájese y entre allí con la mente despejada. NO CAMBIE LA HISTORIA”.
El viernes 17 de julio, la mujer admitió ante los agentes que la historia de la caída del árbol fue inventada entre ella y Alexander Beaver.
Ella relató que ese día se había molestado porque el niño no estaba desayunando y cuando le preguntó por qué, él no le hizo caso. Esa actitud provocó que la mujer se sintiera “irrespetada” y comenzara a pegarle a su hijo en las piernas varias veces. Cuando dejó de hacerlo, fue su pareja quien comenzó a darle en las piernas también.
De acuerdo a su historia, ella fue al baño cinco minutos y al regresar Alexander Beaver estaba lanzando al pequeño al aire y atrapándolo. Cuando se detuvo, se dio cuenta de que el niño no respiraba correctamente.
Así continuó durante dos horas más. Media hora después, le dijo al hombre que estaba preocupada por su respiración y que quería llamar al 911.
Pero no fue hasta casi cuatro horas después del incidente, cuando notó saliva y sangre en el colchón, en que le exigió a Alexander Beaver que llamara a la policía. En ese momento el hombre inventó el cuento de la caída del árbol.
La madre del menor aseguró que con anterioridad, le había preguntado al hombre sobre las marcas que tenía el niño en el cuerpo, pero que aquel negó haberlo tocado.
También reconoció que en otras ocasiones los había dejado solos, mientras ella se iba a hacer su trabajo como cajera.
En opinión del doctor Jason Schulman, debido a la cantidad y la variedad de lesiones documentadas en el cuerpo del niño, este sufrió abuso continuo mientras estaba bajo el cuidado de su madre.
A ella se le acusa de un cargo de abuso infantil agravado y otro de negligencia hacia un menor, debido a que no hizo un esfuerzo para proteger a su hijo del abuso, negligencia o explotación por parte de otra persona. También enfrenta un delito de mentirle a la policía. El juez fijó su fianza en 250 000 dólares.
Por su parte, su pareja fue acusado de abuso infantil agravado, negligencia infantil con grandes lesiones corporales y mentir a la policía. Su fianza es de 300 000 dólares.
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