Decenas de personas se concentraron este martes a las puertas de una tienda en la Isla de la Juventud para tratar de comprar champú, comentó una residente del lugar en sus redes sociales.
Raysa Williams Peláez publicó en su muro de Facebook varias imágenes que muestran a las personas esperando su turno para acceder al mercado Amanecer.
Sin respetar cualquier tipo de distanciamiento social necesario para evitar un contagio por coronavirus, e incluso con algunas personas con la nariz por fuera de la mascarilla, la cola sobrepasó la acera y se extendió hacia la calle y el parque de enfrente.
“De alguna manera hay que lavarse la cabeza, de lo contrario es de puñeta, por no decir de la otra forma”, dijo Williams Peláez a una amiga que comentó que había más gente en la cola que champú en la tienda.
Según la denunciante, la oferta que se estaba vendiendo era de un módulo que incluía un champú, un acondicionador, dos jabones, un tubo de pasta de dientes y un detergente.
“Si coges el líquido no puedes comprar el de polvo”, precisó.
CiberCuba pudo conversar con una persona que estaba en la cola y que prefirió mantenerse en el anonimato. De acuerdo a su testimonio, todos los allí presentes intentaban comprar desde el día antes de que pasara la tormenta Laura. En aquella ocasión no vendieron el champú precisamente porque se acercaba el ciclón, y al día siguiente tampoco porque supuestamente estaban en la fase de recuperación.
La población llegó incluso a dormir en el parque ante el temor de no alcanzar el producto, pues se informó que solo se venderían algo más de 100 pomos.
“Ya sabes, repartiendo tickets y escaneando los carnés para que no compraran doble. Na' lo más parecido al infierno en la Tierra es este país”, sentenció la testigo.
Debido a la escasez de productos de primera necesidad que golpea desde hace meses a los cubanos, escenas como esta son comunes en todo el país.
La semana pasada un habitante de Pinar del Río publicó en Instagram un video en el que se observaba una enorme aglomeración frente a una tienda donde se vendía jabón y champú.
El material permitía ver cómo las personas se amontonaban unas contra otras, obviando la peligrosidad de tal comportamiento en medio de un escenario en el que cada día aumentan los casos de coronavirus.
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