El Tribunal Municipal Popular de Los Palacios, en Pinar del Río, sancionó en firme por delito de "acaparamiento" a Alexis Solano Hernández, un cubano que trasladaba "cantidades excesivas por encima de sus necesidades de pomos de aceite de soya de un litro cada uno y paquetes de detergente en polvo", informaron medios oficialistas de la isla.
El operativo policial que terminó con la detención de Solano Hernández tuvo lugar en horas de la mañana del 30 de julio de 2020, en el tramo de la autopista Habana-Pinar del Río correspondiente al municipio pinareño Los Palacios.
Los productos, que fueron decomisados por las autoridades, habían sido comprados en la red minorista de comercio en La Habana.
La sanción fue presentada por la prensa oficial como parte del enfrentamiento a acaparadores, coleros y revendedores de productos,
El reporte también añade que el detenido concurrió al juicio oral y público solicitado por la Fiscalía según procedimiento sumario donde fue sancionó por el delito de acaparamiento "a diez meses de privación de libertad subsidiados por trabajo correccional con internamiento y el decomiso de los bienes ocupados".
La sentencia ya es firme, aunque no se informa si el detenido hizo uso de su derecho de designar abogado defensor e impugnar los cargos.
En los últimos meses, los noticieros han aumentado la exposición de estos supuestos casos de corrupción, reventa o acaparamiento sin establecer límites claros de cuántos productos (aceite o detergente, en este caso) entran en las necesidades básicas de los cubanos.
La lista es casi interminable: decomisos de alimentos en un almacén de Sancti Spíritus; animales y alimentos decomisados en un almacén en Artemisa; un operativo que detectó el desvío de más de 17 toneladas de maíz en Cienfuegos; el decomiso de 48 toneladas de ajo a un campesino acusado de enriquecimiento ilícito....
A raíz de la epidemia de coronavirus se han intensificado los operativos policiales, muchos de los cuales se transmiten en la televisión para que sirvan de escarmiento y disuadan a la población de imitar actitudes similares, en medio de una severa escasez de productos de primera necesidad que obliga a los ciudadanos a acudir al mercado negro.
La propaganda oficial mete en el mismo saco las sanciones a los coleros y las violaciones a las normas sanitarias establecidas por el gobierno.
Las cifras de violaciones y sancionados han ido en aumento en todas las provincias desde que en marzo comenzaron a sentirse los primeros efectos de la pandemia en la isla.
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