La activista de las Damas de Blanco Rosa Escalona Gómez asegura que su familia en Cuba fue víctima de un atentado. La mujer, que reside actualmente en Estados Unidos, fue miembro activo de la organización opositora cuando vivía en Holguín.
En la madrugada del domingo 6 de septiembre, sobre las dos de la mañana, la familia de Escalona se despertó sobresaltada al detonar un explosivo de fabricación casera que provocó el incendio del camión de su esposo, aparcado junto a su casa.
El fuego no se propagó hasta la vivienda familiar y a otras aledañas gracias al auxilio prestado por vecinos que salieron a la calle Peralejo –donde reside su marido junto a sus tres hijos- nada más escuchar la explosión y ver las llamas que envolvían el vehículo.
Según declaró a CiberCuba, teme por la vida de su familia. No es la primera vez que la familia Freire-Escalona sufre un atentado de manos de los represores del régimen.
En mayo de 2016, durante la celebración del día de las madres, Rosa, su marido Alberto Pedro Freire Leyva y sus hijos Yunior Alberto, Yuniel y Yadier (menores de edad los dos últimos) sufrieron una terrible agresión por parte de dos individuos (padre e hijo) que les atacaron con tubos metálicos, ocasionándoles graves heridas.
En esa ocasión, su marido Alberto estuvo a punto de perder la vida, mientras ella y sus hijos sufrieron traumatismos diversos, incluidos craneales. En el caso del marido, los golpes recibidos en la cabeza y en el cuerpo terminaron por producirle una hemorragia interna por la que tuvo que ser operado para extirparle el bazo.
En el caso de esta agresión, la familia consiguió identificar a los criminales como personas al servicio de la Seguridad del Estado, uno de ellos ex-policía y el otro, su hijo. Luego de una insistente reclamación ante las autoridades y de la presión de la opinión pública conocedora de los hechos, estos sujetos fueron finalmente juzgados y condenados a 3 años de privación de libertad para el padre y 10 meses para el hijo. Según declara Rosa, ninguno de ellos entró en prisión y siguieron acosándoles y amenazándoles impunemente.
Ante esa situación, Rosa Escalona no tuvo más remedio que solicitar asilo político para ella y su familia ante la Embajada de los Estados Unidos. Pero, desgraciadamente, ella recibió la visa primero y se marchó: al poco tiempo cerraba la Embajada con la nueva administración norteamericana y su esposo e hijos quedaban atrapados en Cuba.
La desesperación de esta cubana, luchadora por los derechos y libertades de su pueblo, ha llegado a su punto más alto, luego de conocer las noticias del último atentado contra su familia. Ella teme por la vida de su marido y sus hijos, y hace responsable al régimen cubano de cualquier cosa que pueda sucederles.
Alberto Pedro Freire Leyva ha pertenecido al Movimiento Cristiano de Liberación y su hijo mayor, Yunior Alberto ha sido activista apoyando a las Damas de Blanco. Ambos han sufrido arrestos y golpizas en varias ocasiones. El menor, Yadier (16), ha sido expulsado de la escuela por “contrarrevolucionario”.
El hostigamiento y la represión constante contra los activistas y opositores, es una de las señas de identidad del régimen totalitario cubano. El secuestro, las detenciones arbitrarias, la fabricación de causas, la tortura, y en ocasiones la muerte, forman parte del arsenal de este régimen para acallar a los disidentes y a quienes se atreven a denunciar sus violaciones de los derechos humanos.
Después del último episodio de violencia sufrido por la familia Freire – Escalona, Rosa reclama ayuda a la comunidad internacional para que su caso sea atendido y la vida de sus familiares no corra peligro. Ella necesita sacar a su familia de Cuba… o se teme lo peor.
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