Pedro Luis García, colaborador de CiberCuba, denunció hoy en Facebook el alto precio, 136.25 dólares, de una mesa plástica exhibida en la tienda Panamericana Decohogar, ubicada en la avenida Malecón y Humboldt en La Habana.
Decohogar es una de las tiendas que ha sido dolarizada recientemente “con muy poco alcance para el pueblo de Cuba”, según comentó Pedro Luis en su publicación. Desde el mes de noviembre de 2019 han desaparecido los útiles del hogar y han aparecido estos muebles ridículamente caros.
La mayoría de estos muebles además de caros son de pésima calidad. El estado los adquiere a bajísimos precios en el mercado internacional para luego revenderlos en tiendas donde pocos pueden comprarlos.
Los comentarios a la publicación muestran indignación por parte de los internautas de Facebook. Algunos escriben: “Pena es lo que da por dios. ¿A dónde vamos a parar?”, o “como todas las estafas de Cuba”. Otro manifiesta su deseo de que las tiendas de IKEA lleguen a Cuba, en clara alusión a los precios asequibles de la corporación multinacional con sede en Suecia.
CiberCuba ha denunciado anteriormente los altos precios en las nuevas tiendas que el gobierno ha implementado para la recaudación de divisas, las cuales exhiben productos que están muchas veces fuera del alcance del poder adquisitivo de los cubanos. A eso se le suma que, para hacerse con dólares en el mercado callejero, deben emplear un por ciento más alto de Moneda Nacional o CUC que la tasa oficial de cambio, debido a la escasez de la moneda norteamericana.
Pomos de espárragos blancos de Tudela en 68 dólares, pepinillos encurtidos en $10,65, jamones serranos en más de 200 $, crema de protección solar en 32 $ son de los productos que ya han sido criticados por un gran número de personas.
Estos precios impagables -los 136,25 dólares de la mesa de marras equivalen a más de cinco de trabajo según el salario promedio de los cubanos- así como la propia existencia de estas tiendas en divisas internacionales también han indignado a muchos ciudadanos quienes consideran que se trata de un “apartheid económico” motivado por el gobierno.
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