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Osmani Pardo, huelguista de San Isidro: "A mí no me paga nadie, yo fui allí de corazón"

“Soy de pocas palabras, pero con esta indignación uno no se puede quedar callado”, dice el activista.


Este artículo es de hace 3 años

El joven Osmani Pardo Guerra expuso sus ideas sobre el significado de lo ocurrido en la sede del Movimiento San Isidro (MSI), en la cual estuvo y participó en la huelga de hambre junto a sus compañeros.

“Soy de pocas palabras, pero con esta indignación uno no se puede quedar callado”, dice Pardo, quien reconoce que su video en Facebook es para reaccionar a la manipulación y la difamación del régimen que, una vez más, ha orquestado una campaña de desprestigio contra quienes se le oponen, emitida por los medios de comunicación públicos que controla.

En esta ocasión, Pardo se declara asqueado por lo que han dicho en la televisión estatal sobre el Movimiento San Isidro. “Es el mismo cuento de siempre. Eso no se lo cree nadie. ¿Hasta cuándo van a seguir con la misma muela?”, ha dicho el joven activista.

Pardo habló claro, con palabras sencillas y directas al corazón y a la mente de los ciudadanos cubanos. Habló con la honestidad de quienes tienen convicciones y apelan a la conciencia de sus interlocutores, a sus ideas morales, a sus principios éticos. Él fue a la sede del MSI, según sus palabras, “de corazón”.

Por eso mismo, a Pardo le hieren y le indignan tanto las palabras de Fernando Rojas, al que llama difamador, y el mensaje que transmiten los medios oficialistas en Cuba. “¿Qué dinero pagado?”, pregunta ante las acusaciones que se les hacen a los integrantes del MSI de ser “mercenarios del imperio”. “Soy un simple joven que pasa mil necesidades en mi barrio de San Miguel del Padrón”, manifestó en palabras con las que se identificaría gran parte de la población cubana.

Respondiendo a la manipulación y la tergiversación de los medios oficialistas, Pardo Guerra explicó desde lo sucedido con Denis Solís hasta los acontecimientos posteriores al desalojo de la sede del MSI. Desmontó la historia del régimen y explicó lo sucedido con Solís, a quien la policía detiene y condena en flagrante violación de sus derechos, violando incluso sus propias leyes. En ese sentido, Pardo narra los eventos ocurridos con Solís, desde la violación de su domicilio particular por parte de un policía hasta el juicio amañado del cual fue víctima.

“Nos acusan de terroristas”, dice, para luego preguntar: “¿Quiénes nos tuvieron 10 días sitiados en San Isidro, quiénes nos tiraron un químico o enviaron a uno a agredir a Luis Manuel Otero Alcántara?”. Y responde: “ustedes sí son unos terroristas”, refiriéndose a las autoridades del régimen.

En relación con el operativo de desalojo de la sede, encubierto como una intervención de salud pública ante un supuesto riesgo de contagio de coronavirus, Pardo declara que todo fue un montaje. “Yo estoy aquí en mi casa y nadie ha venido a hacerme una prueba PCR, ni nada”, afirma el activista.

Indignado con las mentiras del régimen, sale en defensa de las personas y los acontecimientos vividos en Damas 955. “Sí son artistas”, afirma para desmentir la vulgar manipulación del régimen, que no los reconoce como tales. “Sí es sociedad civil, sí somos gente del pueblo”, dice Pardo.

También tuvo palabras para los sucesos frente al Ministerio de Cultura (MINCULT), agradeciendo a todos los que participaron espontáneamente en la sentada pacífica, pero expresando su deseo de que el acto hubiera tenido consecuencias inmediatas sobre las demandas principales del movimiento, es decir, que se hubiera conseguido la inmediata liberación de Solís y, con ello, el fin de la huelga de hambre de Maykel Osorbo y Otero Alcántara.

Reconociendo el valor de los que allí asistieron, Pardo denuncia que allí se reprimió a gente pacífica, se golpeó y se usaron gases lacrimógenos contra simpatizantes que se acercaban a la sede del MINCULT. “Cubano, esta chispa ya se encendió y no se va a apagar”, dice Pardo en su directa de Facebook.

“¿Hasta cuándo? Cubano, no te dejes engañar más. Es la hora de levantarse, de defender tus derechos y tu libertad. Sal a la calle con tu teléfono y filma”, apremia el activista. A continuación, describe la situación que viven muchos cubanos, sin comida, sin dinero y sin el derecho siquiera a protestar por sus condiciones de vida.

Familias sin vivienda digna, agromercados desabastecidos, tiendas MLC con productos de primera necesidad en venta a precios astronómicos para una población cuya mitad aproximadamente no tiene acceso a divisas, degradación de los valores y de la educación o la precariedad de la salud pública, la pobreza y la desigualdad, son algunos de los problemas identificados por Pardo. Problemas de la realidad cubana que se suman a las mentiras constantes del régimen, como el “bloqueo” o los “enemigos externos”.

“¿Qué bloqueo?”, pregunta Pardo, “si el pollo lo traen de Estados Unidos”. “Si los campos cubanos están llenos de marabú y las vacas no dan leche es por culpa de la ineficiencia del Estado. Aquí se importa hasta el azúcar y, siendo una isla, no se puede comer pescado”, desgrana el huelguista de San Isidro.

El activista asegura que el día del desalojo y conducción a la estación de policía de Cuba y Chacón, los policías bajaban la cabeza de vergüenza cuando les decían estas verdades. “Muchos de ellos son víctimas también, tienen sus familias pasando necesidades en otras provincias. No todos son malos”, señaló Pardo en una muestra de compasión y espíritu fraterno que le honra más, mientras mayor es la persecución y hostigamiento que recibe.

“Yo no soy un terrorista ni un delincuente”, afirma Pardo. “Yo soy un simple cubano que lucha y trabaja para sacar adelante a mi familia… ¿Tenemos que seguir siendo continuidad? ¿De qué? ¿De algo que no funciona?... No voy a serlo. Estoy dispuesto a seguir luchando por el cambio”, declaró.

“Busquemos un futuro mejor en Cuba. No tenemos que buscarlo fuera, muriendo en el mar o atravesando selvas… Desde tu punto de vista, tu espacio, cubano, haz algo por la libertad de tu país, de tu familia. No en las esquinas, hay que decir las verdades a los cuatro vientos”, termina diciendo este hombre de pocas palabras y dignidad inmensa.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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