El doctor Leopoldo Luque, médico personal de Diego Armando Maradona, ha sido imputado en el marco de la investigación que lleva un juzgado de Buenos Aires para esclarecer las circunstancias del fallecimiento de la estrella del fútbol, según informa Página/12.
Luque está en el punto de mira de la familia, allegados y colegas que opinan que el médico personal de Maradona no era el más adecuado para cuidar de su estado de salud, y que cuestionan las decisiones que venía tomando antes de la muerte de “El Pelusa”.
Tras escuchar el testimonio de tres de las hijas de Maradona (Dalma, Gianinna y Jana) y a petición de la fiscalía, el magistrado del Juzgado de Garantías número 2 de la localidad bonaerense de San Isidro, Orlando Abel Díaz, ordenó registrar la casa particular y la clínica de Luque.
Al parecer, entre las decisiones controvertidas tomadas por el médico estuvo la última operación a la que fue sometido Maradona, poco después de la cual el astro decidió trasladarse a un domicilio provisional en la localidad de Tigre. Muchos son los que piensan que fue prematura la decisión de pasar por el quirófano, lo que ha llevado al juez a aceptar las sospechas de la fiscalía sobre Luque.
De comprobarse estas, el galeno podría ser acusado de "homicidio culposo". Maradona falleció a causa de una parada cardiorrespiratoria en el domicilio al que insistió en desplazarse, pese a la opinión contraria del equipo médico que lo operó. La decisión fue avalada con la firma de sus tres hijas y sus dos médicos personales: Leopoldo Luque y Agustina Cosachov.
El pasado 25 de noviembre fallecía el campeón del mundo de 1986, sin que nada pudieran hacer por reanimarle las ambulancias y equipos médicos que se desplazaron hasta el domicilio donde se encontraba convaleciente. Maradona fue operado de un hematoma en el cerebro que se le había detectado semanas atrás, luego de haber ingresado en una clínica de La Plata con signos de anemia, depresión y deshidratación. La operación se practicó en otra clínica, en la que no quiso permanecer para recuperarse del todo.
"Maradona no quería ningún tipo de internación, de manera que la llegada a la casa de Tigre no fue una decisión que le gustara a los médicos, sobre todo los que lo trataron en la Clínica Olivos. El punto es determinar si, pese a que la permanencia en la casa del barrio San Andrés era inadecuada, la falta de un médico permanente o un desfibrilador son elementos suficientes para considerar que hubo un delito", señala el diario argentino.
De acuerdo con este diario, ahora los fiscales tratan de esclarecer si se cometió el delito de mala praxis médica. Luque, hombre de confianza de Maradona, era visto por algunos más como un médico-fanático que como el médico que necesitaba, o el adecuado para atender a un paciente como él.
“Por supuesto que está muy cuestionada la medicación que se le daba antes del cumpleaños, pero hay que tener en cuenta que, además, Maradona se automedicaba, es decir, que consumía las dosis que quería. Eso llevó a que se hablara de desintoxicación y a tweets de la familia que mencionaban a los chupa sangre, sugiriendo que el entorno lo tenía así para obtener ventajas económicas", refleja el diario argentino.
Alfredo Cahe, el histórico médico del extinto jugador, calificó de prematura e innecesaria la intervención quirúrgica programada por Luque. Otros médicos consultados por Página/12 también coinciden con esta idea, mientras que otros sucesos, como las fotos que se tomó Luque con Maradona recién operado, recibieron las críticas de la familia. Los especialistas, por su parte, auguran un largo conflicto judicial.
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