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EDITORIAL: Desagravio contra la difamación

En CiberCuba continuaremos comprometidos con la verdad de Cuba. Por Cuba y por los cubanos.

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Este artículo es de hace 3 años

En su frenético carnaval de descalificaciones y falsedades sobre los recientes sucesos de la realidad nacional, el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana (NTV) dedicó un espacio de su "edición estelar" de este lunes a atacar a CiberCuba, vinculando a nuestra publicación con supuestas acciones de desestabilización dentro de la isla.

Como viene sucediendo en estos episodios propagandísticos, el espacio fue conducido por el presentador Humberto López, una suerte de Otto Meruelo del castrismo que, en la mejor tradición de su predecesor batistiano, puebla de insultos y diatribas un programa televisivo muy similar en ladridos desesperados a los que disparaba hace más de 60 años por la CMQ, después del noticiero del mediodía, el abominable vocero y delator del último dictador de la república.

La estrategia del sistema desinformativo cubano, en estrecha colaboración con el aparato de contrainteligencia de la Seguridad del Estado, no es nueva y apunta siempre a lo mismo: difamar la reputación del individuo, la organización independiente o el medio de comunicación para diluir sus legítimos reclamos y escamotear cualquier propuesta que difiera del discurso totalitario de cómo gobernar, conducir y someter al pueblo de Cuba. El viejo estratagema de atacar al mensajero para invalidar el mensaje.

Pero las afirmaciones vertidas este lunes contra CiberCuba merecen ser respondidas, en alta voz y con absoluta claridad, para evitar malentendidos que puedan confundir a nuestros lectores y seguidores.

Cuatro aspectos son esenciales en esta clarificación:

  • CiberCuba no promueve, ni alienta, ni respalda actos de violencia y terror como opciones para generar un cambio hacia la democratización de Cuba. Rechazamos la exaltación del terrorismo, la violencia social y los derramamientos de sangre como solución para los problemas del país.
  • CiberCuba se opone firmemente a la intervención militar de Estados Unidos o de cualquier otra potencia o coalición armada en el territorio nacional como salida a la prolongada crisis cubana.
  • CiberCuba es un medio privado que, como hemos reiterado en ocasiones anteriores, no recibe ni un solo centavo de programas o agencias gubernamentales de Estados Unidos, España u otro país, ni tampoco de organizaciones, plataformas políticas o grupos de ninguna tendencia. Ninguna porción de nuestros gastos contribuye a catapultar plataformas políticas o grupos de poder. Nuestros ingresos están originados única y exclusivamente en un modelo de gestión empresarial sustentado en anuncios de Internet y en publicidad contratada por proveedores independientes.
  • Iliana Hernández no es, como dice el ventrílocuo presentador López, "la principal vocera de CiberCuba", sino una reportera y activista política que colabora desde hace años con nuestra publicación. Sus opiniones sobre la política de la administración Trump hacia Cuba son un asunto individual y no necesariamente coinciden con la línea editorial de CiberCuba, cuya cobertura del proceso electoral en Estados Unidos se ha caracterizado por el equilibrio informativo, la pluralidad de voces y el estricto apego a los hechos.

Justamente, en momentos en que transcurre la jornada Iliana Hernández es víctima de un brutal acto de repudio, orquestado desde la "espontaneidad" del poder con el desprecio hacia los ciudadanos determinados a ejercer el derecho a la libre expresión.

Vale la pena cuestionarse ante semejantes extravagancias represivas, quién realmente es el promotor de la violencia en la sociedad cubana y quiénes son los obstinados jerarcas de la dinastía castrista que no se terminan de percatar que el país es otro al que ellos imaginan, que la realidad que afirma el programa del NTV solo existe en el discurso oficial y que son estos nefandos ejercicios de insensatez el caldo de cultivo para un estallido social de consecuencias imprevisibles.

El foco obsesivo del régimen cubano con CiberCuba tiene una entendible justificación. A pesar de los bloqueos cibernéticos y los constantes empeños para descaracterizar sus contenidos, CiberCuba es un proyecto de saludable impacto y crecimiento sostenido. Nuestro sitio superó recientemente la cifra de 20 millones de páginas vistas (pageviews) mensuales, y también los 5.6 millones de usuarios únicos. Los lectores radicados en la isla ocupan el segundo lugar entre los visitantes de CiberCuba, después de Estados Unidos, con más de 650 mil visitantes únicos por mes y 1.6 millones de personas desde Cuba en Facebook.

Según el programa del NTV, CiberCuba produce "la mayor cantidad de noticias falsas y engañosas de la realidad cubana" y trata de crear un "escenario que no existe en la realidad", según palabras del Meruelo encarnado en López.

Es difícil creer que con esos ingredientes un proyecto como CiberCuba, asociado al consorcio internacional de medios de comunicación The Trust Project, pueda sostenerse, prosperar y avanzar en el mundo informativo actual con las pifias profesionales que trata de endilgarnos la maquinaria de descrédito de La Habana. Prestigiosas agencias de prensa, como Reuters, citaron a nuestra publicación recientemente en un artículo para desmentir fotografías sobre presuntos actos vandálicos en La Habana, publicadas fuera de contexto en las redes sociales tras los sucesos de San Isidro y la protesta de artistas e intelectuales en el Ministerio de Cultura (MINCULT).

Los esfuerzos de una emergente prensa alternativa que se consolida dentro y fuera del país son fundamentales para configurar un universo de información y transparencia que ofrezca a los cubanos una perspectiva de la realidad que los medios oficialistas ocultan, manipulan y tergiversan en función de los intereses políticos del poder.

Eso lo sabe la camarilla en pleno, desde Raúl Castro hasta el recién catapultado ministro del Interior de Cuba, el General de Brigada Lázaro Alberto Álvarez Casas, pasando por la simulación de presidente llamado Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

El panorama actual de Cuba está abocado a cambios inevitables con la participación de todos los cubanos, vivan en la isla o en la diáspora, piensen como piensen, profesen el credo que profesen. El Movimiento San Isidro y la consiguiente manifestación de jóvenes, artistas e intelectuales ante el MINCULT, son la expresión del creciente descontento de la población ante los estertores de un régimen esclerótico que ha hundido al país en la peor debacle económica y social de su historia, y no serán las únicos latidos de inconformidad que cabe esperar en los tiempos presentes.

Por una elemental decencia ciudadana, CiberCuba debería tener un derecho a réplica ante las infamantes acusaciones que nos lanza el régimen desde la más absoluta impunidad. Nos conformaríamos tan solo con cinco minutos en el mismo espacio oficial que nos injuria.

Pero como eso resulta imposible bajo un régimen totalitario, no dejaremos que las difamaciones nos distraigan del cumplimiento de nuestras metas informativas. No nos detendrán la censura ni los intentos de desacreditarnos, y seguiremos haciendo nuestra labor con todo el profesionalismo, el rigor y la autonomía editorial que han definido los pasos de CiberCuba desde su nacimiento hace seis años.

En CiberCuba continuaremos comprometidos con la verdad de Cuba. Por Cuba y por los cubanos.

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