La congresista republicana recién elegida por Georgia, Marjorie Taylor Greene, anunció este miércoles que presentará cargos contra el presidente electo Joe Biden un día después de la toma de posesión.
Green manifestó que su motivación es defender a los 75 millones de estadounidenses que están "hartos de la inacción" en el gobierno, según escribió en Twitter.
"Es hora de tomar una posición", dijo. "Estoy orgullosa de ser la voz de los votantes republicanos que han sido ignorados".
Este miércoles, el presidente Donald Trump fue acusado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos por "incitación a la insurrección", tras el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero. El mandatario ha sido denunciado por segunda ocasión, lo que marca un precedente histórico en los procesos contra inquilinos de la Casa Blanca.
La congresista no especificó qué cargo exacto formulará contra Biden, pero tuiteó acerca del panel de discusión en el Consejo de Relaciones Exteriores donde Biden habló sobre cómo instó a los funcionarios ucranianos a despedir a Viktor Shokin, el fiscal del país en 2015, mientras era vicepresidente. Biden ha negado haber actuado de una manera perniciosa.
El movimiento de Greene parece ser simbólico. El Congreso estará controlado por demócratas y ella necesitaría una mayoría simple de los miembros para presentar los cargos al Senado.
La representante de Georgia en el Congreso ha manifestado su apoyo y simpatía hacia el movimiento conspiracionista QAnon o Q, ideología que defiende la existencia de una secta secreta que opera a través de un "Estado profundo" y elabora planes contra el mandatario Trump y sus seguidores.
Otra congresista electa en noviembre, Lauren Boebert, de Colorado, es también seguidora de las teorías de QAnon. La entidad asegura que sus miembros han accedido a archivos clasificados del gobierno, datos restringidos e información de seguridad nacional.
Greene ha defendido acérrimamente su decisión de no usar máscaras contra el Covid-19, como indican las autoridades sanitarias de Estados Unidos.
Durante el motín del Capitolio, no usó máscara facial mientras compartía una habitación privada con otros congresistas que resultaron positivos tras aplicarse, recientemente, un test de Covid-19.
La congresista ha manifestado que fue negativa a la enfermedad el pasado 4 de enero en la Casa Blanca, dos días antes de los eventos en cuestión. Expresó, además, que no cree en la efectividad de la mascarilla y no entiende que estadounidenses sanos deban verse obligados a ponerse un bozal con una máscara, afirmación que han sostenido Trump y sus seguidores desde inicios de la pandemia.
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