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Iniciativa Articulación Plebeya suspende sus trabajos por ataques del gobierno cubano

El proyecto impulsado por varios intelectuales de la isla dijo que han "querido ser una plataforma de diálogo en Cuba" pero no ha sido posible por presiones, ataques y tergiversaciones.

Jóvenes artistas en el 27N © Facebook / 27N
Jóvenes artistas en el 27N Foto © Facebook / 27N

Este artículo es de hace 3 años

El espacio de debate y reflexión Articulación Plebeya (AP), creado al calor de los sucesos del 27N en Cuba, anunció la suspensión de sus trabajos por los continuos "ataques, presiones y tergiversaciones" del gobierno.

En su perfil de Facebook, el proyecto impulsado por varios intelectuales de la isla dijo que han "querido ser una plataforma de diálogo en Cuba para propiciar el debate de ideas y propuestas al interior del país", pero no ha sido posible.

"La apuesta de AP ha sido por el respeto a los derechos humanos y al estado de derecho como vía para el diálogo en Cuba. Sin embargo, AP ha sido objeto de ataques, presiones y tergiversaciones", subraya el post.

Explica que "AP no se propuso ser un actor político pero ha sido tratada como tal, no ha promovido una particular ideología pero ha sido estigmatizada como contrarrevolucionaria, se ha sostenido con el aporte voluntario de sus colaboradores pero ha sido acusada públicamente de mercenaria".

"La persistencia de estos ataques hace muy difícil nuestra tarea de organizar mesas de debate. Como cubanos y cubanas dignos y dignas, y sin claudicar en la defensa de la soberanía del pueblo de Cuba, decidimos suspender los trabajos en Articulación Plebeya", expresa la nota.

Afirma, asimismo, que sus esfuerzos individuales no se frenarán.

El anuncio ha generado malestar en la red social entre internautas que lamentan que el gobierno logre destruir iniciativas creadas por el bien social.

"Es una pena que al final el gobierno logre su propósito, desarticular todo lo que se crea para bien", dijo una internauta.

"No hay nada que les regocije más que estas pequeñas escaramuzas que los hacen sentir omnipotentes e intocables. No hacen falta ni articulaciones ni plebeyos, basta asomarse a la realidad cubana de hoy para darse cuenta de lo "extraordinario" de la obra revolucionaria", dijo otro en respuesta a un internauta anónimo del gobierno cubano. "Una sugerencia cocotazo, de la cara, póngale rostro a sus palabras y no se refugie en el anonimato cobarde. Por cierto eso de gusano es un recurso que ya nadie le cree", subrayó.

"Triste. Mucha suerte a cada una de esas individualidades. Ojalá podamos construir a partir de objetivos comunes y simples", dijo otro usuario de la red social.

"Cuando veo que hay gente que son reprimida físicamente, encarceladas, presiones a la familia, expulsión de centros laborales, hasta el sacrificio de una huelga o riesgo de sus vidas. Y ustedes solo por presiones van a dejar el buen trabajo que están haciendo? No veo razón. Es por ello que la derecha avanza en Cuba, la gente importante para nuestro país se silencia muy rápido y no logra superar el miedo al enfrentamiento al gobierno. Es por ello que la hegemonía en política cubana la lleva el pensamiento político de Ota Ola y Eliecer junto con el Humberto. Las otras voces silenciadas. Las voces importantes son ustedes, pero articulas no individuales. Solos no somos nadie", expresó otra internauta.

Articulación Plebeya es un proyecto reflexivo surgido a raíz de los acontecimientos del pasado 27 de noviembre en el Ministerio de Cultura de Cuba, donde el gobierno rechazó el diálogo con un grupo de artistas.

Una carta firmada un día después de los sucesos del 27 de noviembre plasmó la postura de intelectuales tradicionalmente autodefinidos como de izquierdas (entre los cuales se encuentran Carlos Alzugaray, Carolina de la Torre y Julio César Guanche) rechazando "cualquier acción violenta y represiva" y reivindicando "el respeto a los espacios de diálogo dentro del marco de las leyes y la Constitución".

"Hemos seguido con atención los sucesos de los últimos días y ahora en el Ministerio de Cultura en La Habana. Los que abajo suscribimos la presente declaración concurrimos desde posiciones diversas pero movidos por una demanda ética compartida de rechazo a toda acción estatal violenta. Estas son ideas y propuestas de ciudadanes que quieren acompañar y participar en el diálogo a pesar de no estar físicamente", dijeron en su declaración inicial.

"Todos los saberes comprometidos con el bien de Cuba y la conservación de la soberanía nacional, la independencia y la integridad de la patria son bien recibidos. Nuestro horizonte es crear una referencia ética, política, humana, de justicia social, de inclusión, de democracia, de rechazo a todas las formas de discriminación, para posibilitar un ambiente de diálogo y reconciliación en Cuba y en todos los lugares del mundo donde vivan cubanos y cubanas", señaló el grupo de intelectuales que suscribieron la iniciativa firmada por 535 personas.

A pesar de esos propósitos manifiestos, los medios del régimen cubano lanzaron de inmediato artículos que trataban de desvirtuar este empeño de la sociedad civil cubana, con artículos como "¿Articulación plebeya o manipulación contrarrevolucionaria?" publicado en el portal oficialista La Jiribilla, en el que se trata de anular cada frase que intentaba proponer el camino al diálogo.

Otro que arremetió contra el manifiesto fue el gubernamental Cubadebate, que bajo el título "Ni plebeyos ni patricios: Equivocados", criticó el rechazo del documento a “cualquier acción violenta”, y el uso del término “represiva”, porque incluía un señalamiento directo a la actitud de los grupos de respuesta rápida del régimen y a la negativa de las autoridades a establecer un diálogo.

Tras el 27 de noviembre, el gobierno cubano emprendió una campaña de descrédito contra todo aquel que opinara sobre la represión de que habían sido objeto los artistas y activistas por esos días. En el Noticiero de Televisión surgieron espacios dedicados a desentrañar las figuras más prominentes del activismo cubano, los cuales fueron tildados de mercenarios, de estar pagados por potencias extranjeras y de querer atentar contra la revolución.

Articulación Plebeya, en tanto reconoció el uso de la violencia y la represión por parte del gobierno contra sus artistas, no escapó a esa campaña difamatoria.

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