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Karla Pérez y el cuento de La mala pipa verde oliva

¿Tan debilitada está la dictadura que se siente amenazada por unan joven cubana que, excepto sus recientes años de estudios universitarios en Costa Rica, se ha formado en los programas educativos de la revolución? ¿Cómo es posible que el tardocastrismo reivindique su capacidad de diálogo transversal en la arena internacional y sea incapaz de dialogar con los cubanos?

Karla Pérez González, desterrada por el gobierno cubano © Facebook d Pedro M. González Reinoso
Karla Pérez González, desterrada por el gobierno cubano Foto © Facebook d Pedro M. González Reinoso

Este artículo es de hace 3 años

(¡Dulce Cuba! en tu seno se miranEn su grado más alto y profundo,La belleza del físico mundo,Los horrores del mundo moral. Himno del desterrado, José María de Heredia Girard)

A Karla Pérez González empezaron a joderla hace casi cinco años, cuando la expulsaron de la Universidad Central de Las Villas, y acaban de rematarla civilmente convirtiéndola en deterrada; otra más, como ocurrió con los patriotas cubanos José María de Heredia Girard y José Martí Pérez, desterrados por el colonialismo español, a diferencia de la periodista, que ha sido desterrado por el grupito anticubano que no acaba de aceptar que perdieron güiro, calabaza y miel.

Los síntomas de desmoronamiento son cada vez más visibles en el tardocastrismo, un día fallece una niña por falta de ambulancia, otro día un ministro suelta un manotazo a un periodista y este viernes, la burócrata Yaira Jiménez Roig, directora de Comunicación e Imagen del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), tuvo que hacer el cuento de La mala pipa verde oliva para intentar tapar el sol con un dedo, ante la valentía cívica de un grupo de cubanos -de dentro y de fuera- que exigieron una explicación de la penúltima arbitrariedad del gobierno contra ciudadanos.

Jiménez Roig ya tiene asegurado el próximo destino diplomático, que la pondrá a salvo del paquete neoliberal de Murillo, de la OFICODA, apagones, guardias y reuniones de los comités y otras fatigas de la noria tardocastrista, aunque en el extranjero tendrá que seguir fingiendo lealtad y combatividad, jodiendo a cuantas Karlas se crucen en su camino.

La penúltima atrocidad tardocastrista, que no duda en pisotear sus propias leyes a conveniencia, volvió a poner de relieve la estúpida subordinación del MINREX a los vigilantes del pensamiento que anidan en el MININT y el MINFAR; ya va siendo hora que den la cara los represores y no sigan escondiéndose en burócratas civiles.

¿Qué delitos o faltas migratorias cometió Karla Pérez González para que haya sido desterrada? ¿Por qué el ministro Bruno Rodríguez Parrilla y su subordinado Ernesto Soberón Guzmán alardean de que quieren normalizar las relaciones con la emigración y luego tienen que tragar con una orden de los cabos interinos del pensamiento? ¿Creerán el ministro Rodrigo Malmierca Díaz y su subordinada Katia Alonso Cañizares que machacando a jóvenes como la periodista desterrada, van a conseguir que cubanos emigrados inviertan hasta un millón de dólares en la arruinada economía castrista?

Mientras los guardias -que no saben de economía, de emigración ni de seres humanos- porque se educaron en el ordeno y mando de Raúl Castro Ruz sigan jodiendo a ciudadanos, Cuba tendrá un gobierno bipolar, ineficaz, salvo en la producción de emigrantes cualificados y alquiler de médicos a terceros países, y desprestigiado ante los centros de poder del mundo, que siguen sin entender su desproporciona represión, que solo obedece al miedo que padecen.

Díaz-Canel debe amarrarse los pantalones y, una vez jubilado Raúl Castro Ruz, mandar a los militares a sus cuarteles, jubilar a los ancianos generales, y dejarle claro a jefes de ejército, al ministro del Interior, y demás trincas amargadores de la vida normal de los cubanos, que se acabaron los guapos en Yateras; mientras llegue ese momento, debe tener un gesto hacia Karla Pérez González y su familia, levantando el destierro a quien, previamente, fue expulsada de la misma universidad donde el actual presidente se graduó de Ingeniero Electrónico, en 1982.

Un vistazo a los argumentos del gobierno para impedir la entrada a Cuba de una cubana recuerdan a aquella canción de Ñico Saquito, Adiós, compay gato; porque se destierra a Karla Pérez González por lo que presumen los represores que haría en la isla y no por lo que ha hecho, reafirmando la tesis totalitaria de peligrosidad predelictiva, que tantas críticas y desgaste genera dentro y fuera del país.

¿La decisión de desterrar a la periodista cubana ya estaba tomada o se decidió precipitadamente por los militares, cuando recibieron la lista de pasajeros del vuelo de COPA a La Habana? Sería oportuno que el General de Brigada Lázaro Alberto Álvarez Casas de la cara y explique la decisión.

¿Tan debilitada está la dictadura que se siente amenazada por unan joven cubana que, excepto sus recientes años de estudios universitarios en Costa Rica, se ha formado en los programas educativos de la revolución? ¿Cómo es posible que el tardocastrismo reivindique su capacidad de diálogo transversal en la arena internacional y sea incapaz de dialogar con los cubanos?

Pero la mejor respuesta a los atropellos del tardocastrismo contra cubanos está en el poemario Flores del destierro, de José Martí Pérez, supuesto autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada y que fue desterrado dos veces por el el gobierno colonial español.

(..) De la vida en mi torno: Ni un gusano Es ya más infeliz: ¡suyo es el aire, Y el lodo en que muere es suyo! Siento la coz de los caballos, siento Las ruedas de los carros; mis pedazos Palpo: ya no soy vivo: ¡ni lo era Cuando el barco fatal leyó las anclas Que me arrancaron de la tierra mía!

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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