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Cubano a quien le prohibieron llevar a su perro al veterinario: Con esa falta de sensibilidad no pueden ser policías

La única esperanza de yo poder llegar al veterinario y saber si el perro se podía salvar me la quitaron los policías, que me dijeron que no era su problema si el perro se estaba muriendo, dijo su dueño.


Este artículo es de hace 2 años

El cubano Ransel González Núñez, quien vio morir a su perro en la calle frente a él porque dos policías le impidieron llevarlo al veterinario, aseguró que personas con esa falta de humanidad y de sensibilidad no debían ejercer ese trabajo.

El pasado miércoles Ransel, estudiante de sexto año de Medicina, salió de su casa sobre las 5:30 de la mañana para trasladar al veterinario a su perrito Ragnar, que había empeorado de una gastroenteritis que sufría desde el domingo anterior.

En entrevista con Javier Larrea, del proyecto Bienestar Animal Cuba (BAC), el joven relató que en el camino lo paró un carro patrulla y un agente le pidió los documentos. Él le entregó su licencia pero con el apuro se le había olvidado coger los papeles de la moto.

"Yo le explico, le pido de favor, le digo: 'mira, el perro se me está muriendo, déjame llegar a la clínica'. Él me pide la licencia, yo se la doy. Le digo: 'mira, de verdad, déjame seguir, que el perro se me está muriendo, mira para que veas'. Él me dice que eso no es su problema. Lógicamente yo empecé a alterarme porque cómo él me va a decir que eso no es su problema", detalló.

Según Ransel, pasaron unos 20 o 25 minutos en los que él estuvo tratando de convencer a los oficiales de que lo dejaran seguir, y en ese tiempo Ragnar murió.

"Ellos me volvieron a repetir que ese no era su problema, porque yo tenía que andar con los papeles" de la moto, recordó.

Ante tal indolencia, al joven les dijo que personas como ellos no deberían llevar ese uniforme.

"Yo les decía de esa falta de humanidad y de sensibilidad que debían tener ellos, que no podían ser policías", afirmó.

Ransel precisó que su mascota estaba muy bien cuidada. Tenía cuatro meses y pesaba 18 kilos porque él la alimentaba muy bien.

Piensa que si se enfermó fue tal vez porque le hizo reacción a una vacuna que le pusieron, pero recalcó que desde que tuvo el primer síntoma el domingo pasado lo estuvo llevando al veterinario y en ningún momento hubo irresponsabilidad hacia el animalito.

"Puede que el perro me haya fallecido en el camino, pero las únicas esperanzas de yo poder llegar al veterinario y saber si se podía o no se podía, me las quitaron ellos, porque ellos me dijeron dos veces que ese no era su problema si el perro se estaba muriendo", subrayó con dolor.

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