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Anciano condenado tras las protestas en Cuba cuenta su experiencia en la cárcel: Fue horroroso

El anciano recordó los nueve días en las mazmorras de la Unidad Territorial de Investigaciones de 100 y Aldabó y calificó de “farsa” el proceso judicial en su contra.

Juan Raúl del Río Noguez y momento de su detención en La Habana. © YouTube / CubaNet
Juan Raúl del Río Noguez y momento de su detención en La Habana. Foto © YouTube / CubaNet

Este artículo es de hace 2 años

Un anciano cubano de 75 años, que fue arrestado el 11 de julio por gritar "Patria y Vida" y "Viva José Martí" en La Habana, en medio de las protestas masivas contra el gobierno de esa jornada, relató su experiencia en prisión.

Juan Raúl del Río Noguez, en declaraciones al medio independiente Cubanet, dijo que, varios días después de su arresto, las autoridades lo sancionaron a un año de prisión domiciliaria por el supuesto delito de “desorden público”.

Menor suerte tuvo su hijo, condenado a 10 meses de cárcel por la misma figura delictiva, quien actualmente se encuentra recluido en la prisión habanera de Valle Grande. Ambos se limitaron a caminar pacíficamente junto a una multitud de cubanos que clamaban libertad.

El anciano recordó los nueve días en las mazmorras de la Unidad Territorial de Investigaciones de 100 y Aldabó y calificó de “farsa” el proceso judicial en su contra.

“Aquello fue horroroso; primera vez en mi vida, en 75 años, que tengo que vivir una experiencia como esa. Primeramente, aquello era una celda de castigo: allí no había ventilación ninguna, solo había una ventanita al fondo de las celdas”, detalló.

“En la celda donde estaba yo había cuatro personas: uno sentado delante del otro [tan cerca] que casi nos escupíamos cuando hablábamos. La única ventilación que teníamos era una ventanita que medía menos de cinco o seis pulgadas de ancho y 10 de largo”, explicó, describiendo un cuadro ciertamente riesgoso en tiempos de coronavirus.

Según refirió, ni siquiera contaban con agua para beber. “Una o dos veces nos dieron una cubeta para los cuatro. Había uno que en vez de alzar la cubeta para tomar el agua se agachaba como si fuera un perro”, expuso.

“Hasta que un día la mamá de mi hijo me pasó un pomo que colgábamos en la pilita. Como tenía un goteo, cuando se llenaba, entre los cuatro nos tomábamos esa agua porque los custodios [carceleros] se molestaban cuando le pedíamos agua”, añadió.

Juan Raúl dijo que tampoco tenían privacidad para hacer sus necesidades fisiológicas en la celda y, de igual modo, denunció que no tuvo derecho a un abogado para el juicio, solo le comunicaron que estaba acusado de “desorden público”.

“Era como si hubiésemos sido unos asesinos malos. Yo me sentí así, como si hubiese hecho una cosa grande; pensé que me iban a fusilar en cualquier momento; no sabía lo que iba a pasar, pero nunca tuve miedo”, comentó.

Días después de las protestas, el Ministerio del Interior (MININT) de Cuba, informó que la simple acción de gritar "Patria y Vida" podía ser considerado un hecho de “instigación a delinquir”.

“Instigadores pueden ser, como se vio en el caso de la Güinera, personas en moto gritando ‘¡Arriba!’ o ‘¡Patria y Vida!’. Eso es instigar al desorden”, dijo en televisión nacional Moraima Bravet Garófalo, jefa de la dirección general de la investigación criminal del MININT.

De acuerdo con organizaciones independientes, cientos de cubanos fueron detenidos o llevados a paradero desconocido, a causa de las protestas del 11J. Varios de los participantes en las manifestaciones recibieron condenas a prisión en procesos sumarios.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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