La prensa oficialista cubana culpó al mercado negro de la escasez de medicamentos en las instituciones de salud del país.
En un reportaje grabado en Holguín y emitido en el Noticiero Nacional de Televisión, varias personas refirieron haber tenido que pagar elevadas sumas de dinero para conseguir medicinas necesarias ausentes en las farmacias.
Según el periodista Abdiel Bermúdez, el desabastecimiento actual se debe a la existencia de personas insensibles que se dedican a la venta ilegal de medicamentos.
"El déficit de medicamentos en hospitales y centros de aislamiento es directamente proporcional a la aparición de farmacias ambulantes o virtuales, que actúan como mercaderes del dolor", afirmó Bermúdez, a quien se le olvidó cuestionar también la incapacidad de la industria nacional de producir los fármacos que necesita la población.
En Holguín hay en este momento 125 medicamentos en falta, entre los que predominan analgésicos y antibióticos, una situación que obliga a la población a hacer largas y nutridas colas en las farmacias -la gente marca desde el día anterior-, lo cual constituye un riesgo de contagio de coronavirus, justo cuando el país atraviesa el peor momento de la crisis epidemiológica causada por la pandemia.
Como parte de la cruzada del gobierno contra la venta de medicinas en el mercado informal, en el territorio holguinero se iniciaron procesos penales contra 16 individuos acusados de acaparamiento, receptación y especulación, los cuales, según el jefe de la Policía, se situaban en los exteriores de hospitales y policlínicos, adonde suelen acudir las personas necesitadas.
Esta campaña comenzó después de que el mandatario Miguel Díaz-Canel llamara a tener mano dura con el fenómeno, y criticara la "pasividad" de su administración ante la proliferación de estos hechos, sobre todo en las redes sociales.
"Se acabó ya la contemplación en los territorios con la venta ilegal de medicamentos, eso no se puede permitir y más ná", expresó Díaz-Canel a comienzos de agosto.
La persecución a quienes revenden medicamentos se lleva a cabo en todo el país. Hace una semana el periódico Girón, de Matanzas, reveló que una mujer fue condenada a seis años de prisión por falsificar recetas médicas para acaparar fármacos que después vendía a un precio superior.
La imputada logró acumular pastillas de un analgésico llamado Tramadol, luego de comprarlo en farmacias de varios municipios, para comercializarlos en La Habana.
"Con tal fin se agenció, sin precisar cómo, algunos modelos en blanco de recetas médicas que contenían impresos los cuños gomígrafos de diferentes galenos del sureño territorio. En cada uno de ellos plasmó nombres y números de identidad de personas inexistentes, además de la prescripción del fármaco por cantidades oscilantes entre 60 y 120 tabletas", describió el semanario.
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