En noviembre de 2020, ocho meses después de la llegada del coronavirus en Cuba y del cierre de fronteras, los balnearios de la isla comenzaron a recibir turismo internacional nuevamente. En aquel momento, la epidemia estaba controlada y el acumulado de positivos ascendía a los 7600 y 131 fallecidos.
A pesar de haber logrado reducir virtualmente a cero el contagio, dos meses más tarde, las autoridades se vieron obligadas a cerrar los aeropuertos a los visitantes internacionales ante el incremento exponencial de casos de COVID-19; cerrarlos parcialmente, porque en mayo de 2021 una oleada de vacacionistas extranjeros, en su mayoría rusos, comenzaron a hospedarse, una vez más, en Varadero y la cayería norte del país.
Como era de esperar, lo casos de coronavirus también aumentaron después de mayo, y está por definir si, acaso, los cubanos no han experimentado aun el punto álgido de la pandemia.
Hoy, casi un año después de la primera reapertura, y sin dejar de recibir turistas, el Ministerio de Turismo (MINTUR) anuncia que se flexibilizarán los protocolos sanitarios a partir del 15 de noviembre, con vistas al recibimiento de vacacionistas, es decir, de moneda dura, al país.
No será necesario mostrar el resultado negativo de un PCR a la entrada, ni habrá cuarentena obligatoria aunque el certificado de vacunación será requisito para ingresar al país.
Con más de 9 mil casos diagnosticados este domingo y más de 7,200 el lunes; con una tasa de pacientes confirmados de 901,3 por cada 100 mil habitantes -al menos, hasta el martes- y con un sistema de salud totalmente colapsado, Cuba es uno de los países con mayor proporción de enfermos de coronavirus, pero las autoridades consideran que es una buena idea recibir turistas.
Hoy casi 40 mil personas en Cuba padecen un virus letal que ha dejado un saldo de alrededor de 700 mil pacientes diagnosticados con la enfermedad y más de 5 mil fallecidos en lo que va de pandemia.
En medio de la compleja situación sanitaria por la que atraviesa el país, no es el Ministerio de Salud (MINSAP) quien dicta las políticas en materia de movilidad. ¿La razón? Temporada alta de turismo, lo que explica por qué el anuncio de la nueva apertura de otoño lo hizo en MINTUR y no el MINSAP.
Donde manda general, no manda médico.
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