El régimen cubano se solidarizó con Venezuela, Nicaragua y Sri Lanka en la 48º sesión del Consejo de Derechos Humanos frente a lo que consideró una "agenda injerencista contra esos países".
El embajador y representante permanente de Cuba en ese foro, Juan Antonio Quintanilla Román, dijo que el gobierno de la isla "condena las amenazas y uso de la fuerza", así como "la imposición de medidas coercitivas y a la promoción de guerras de cuarta generación" contra las naciones mencionadas.
Afirmó en su declaración que estas presuntas agendas incluyen acciones de "desestabilización, guerra cibernética y promoción y amparo del mercenarismo y el terrorismo".
En otro punto de su intervención también se refirió a las recientes medidas aprobadas por la Unión Europea para sancionar a los represores en Cuba.
Al respecto, negó la represión en la nación caribeña y "recomendó" a esa organización "ocuparse mejor de las graves violaciones de derechos humanos que se cometen a diario en sus respectivos países, agravadas durante la pandemia".
También culpó al embargo estadounidense de generar la creación de una "agenda de subversión fallida" contra Cuba, y aseguró que la misma fracasó el pasado 11 de julio –cuando miles de cubanos tomaron las calles de la isla para pedir mejores condiciones de vida y libertades– "gracias a la inquebrantable unidad del pueblo cubano junto a su gobierno revolucionario".
El funcionario no mencionó la fuerte represión del gobierno contra los manifestantes pacíficos ese día ni las detenciones arbitrarias contra más de 1.000 personas, incluidos al menos 30 menores de edad.
La 48º sesión del Consejo de Derechos Humanos ha sido muy criticada porque a pesar de estos hechos, la Alta Comisionada de la ONU para los DD.HH., Michelle Bachelet, no incluyó a Cuba en su informe global sobre los países que violan los DD.HH.
El informe de Bachelet fue presentado el lunes 13 de septiembre durante la 48° sesión del Consejo de Derechos Humanos; y en este no se mencionó al régimen comunista liderado por Miguel Díaz-Canel, quien en su rol de "presidente del país", llamó a sus partidarios a enfrentar violentamente a los manifestantes.
"La orden de combate está dada", dijo el pasado 11 de julio en cadena nacional de televisión.
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