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Juzgarán en diciembre a músico cubano que participó en las protestas del 11 de julio

La fiscalía le pide siete años de privación de libertad por los presuntos delitos de desacato a la figura básica, desacato a la figura agravada y desorden público.

Abel González Lescay © Facebook Abel Lescay / Caimán Barbudo
Abel González Lescay Foto © Facebook Abel Lescay / Caimán Barbudo

Este artículo es de hace 2 años

El músico cubano Abel González Lescay, uno de los manifestantes del 11 de julio que sufrió detención y malos tratos, anunció este domingo en redes sociales que el Tribunal Provincial de Mayabeque realizará su juicio el 5 y 6 de diciembre próximos.

González Lescay, de 24 años, es egresado de la especialidad de Piano en la Escuela Nacional de Arte, forma parte de la banda de rock Reflejo de Piedra en el Agua y estudia Composición Musical en la Universidad de las Artes - Instituto Superior de Arte.

"Muchas gracias a todos por su apoyo. Busquemos en nuestro corazón la justicia", dijo en su muro de Facebook.

En estos momentos, el joven se encuentra en régimen de prisión domiciliaria y enfrenta varias acusaciones: desacato a la figura básica, desacato a la figura agravada y desorden público. Por esos presuntos delitos, la fiscalía le pide siete años de privación de libertad.

Según explicó en una entrevista que concedió al medio independiente Diario de Cuba, otros participantes en las protestas antigubernamentales del 11 de julio que, al igual que él, estuvieron presos y son conocidos suyos, fueron excarcelados con una multa. "La única diferencia entre ellos y yo es que (las autoridades) tienen un video mío diciéndole maricón a un policía", precisó. Además, señaló que a otro de sus conocidos le piden seis años de cárcel, aunque no sabe por qué delitos.

La historia de Abel González Lescay se volvió popular luego de que publicara en Rialta Magazine el testimonio de su detención y denunciara los tratos crueles y degradantes a los que estuvo sometido. Cuenta que ese día estaba haciendo música con un amigo cuando se enteró del estallido social que estaba teniendo lugar en el país y, como otros miles de jóvenes, decidió sumarse y ejercer su derecho a manifestarse. En Bejucal, asegura, había unas 400 personas protestando en las calles.

"Estaba gritando todo el mundo. Salí para allá y nos pusimos a gritar. Gritamos un bulto de consignas. A mí se me aguaron los ojos un bulto de veces de la bomba que tenían las consignas y de lo linda que era la gente que estaba ahí. Era algo muy emocionante", relató.

González Lescay explicó entonces que la policía en su pueblo no salió hasta que Díaz-Canel apareció en televisión nacional y dio la orden de combate a sus seguidores. "Llegó mucha más gente, éramos como ochocientas. Aquello estaba muy caliente. Estuvimos frente a la unidad de la Policía Nacional Revolucionaria. Cantamos allí el himno nacional a los policías. Cuatro de ellos estaban afuera mirándonos con tremenda mala cara", dijo.

Luego él se puso a tocar un darbuka (un tambor árabe), hasta que se desintegró la protesta y mucha gente se retiró. "Entonces salieron los trabajadores del Estado a hacer sus manifestaciones ahí. Traían una conga. Yo me puse a bailar con la conga y a decirle a los músicos que no tocaban bien", explicó.

De acuerdo con su relato, ese fue su 11 de julio. Su tragedia comenzó al día siguiente, a las 6:00 de la mañana, cuando la policía fue a buscarle a su casa y se lo llevó desnudo y sin orden de arresto ni ningún otro documento que justificara la invasión de su domicilio. "El señor policía, con el número de identificación 31033, me cogió por el pelo, así, desnudo, yo estaba completamente desnudo. Me puso las esposas y me bajó por la escalera. Me sacó de mi casa, encuero, y me montó en la patrulla, donde estaba otra persona que habían recogido antes", denunció el artista.

"Así desnudo me llevaron desde Bejucal hasta San José de las Lajas. Estamos hablando de más de veinte kilómetros. Esa gente me llevó hasta allá. La patrulla parqueó en un lugar que le dicen El Técnico. Yo creo que tiene que ver algo con la Seguridad del Estado. Es como una estación de policía con un calabozo preparado para que te sientas mal y hables. Es muy común que la gente espere el juicio ahí", agregó.

Luego, en ese sitio, delante de oficiales de alto rango, le halaron el pelo y le golpearon en las nalgas varias veces con una tonfa. No lo liberaron hasta el 18 de julio. Pero ahora es posible que una vez más le priven de libertad por motivos políticos.

Justicia 11J registra, hasta hoy, 672 casos de personas que permanecen en detención por los sucesos del 11 de julio. Además, a más de 120 las acusan de sedición, y la fiscalía ha pedido sentencias de hasta 30 años de cárcel. De esos 672 casos, 14 son menores de edad.

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